La Virgen de Zapopan visitaba a Guadalajara desde el año 1693, pero su llegada anual a la ciudad se formalizó a partir de 1734 con acuerdos entre el Cabildo Eclesiástico y el Ayuntamiento de Guadalajara.
Para la recepción de la Virgen de Zapopan durante esta semana se recomienda adornar con tonalidades en azul y blanco; así lo recomiendan parroquias de este decanato.
La imagen de la Virgen de Zapopan es una pequeña talla de unos 34 centímetros de altura, elaborada por artesanos indígenas con pasta de caña de maíz en el siglo XVI.
La presencia de la Virgen de Zapopan se ha asociado históricamente con la protección en momentos de crisis, es por ello que se le considera como "patrona" de la localidad.
Se estimó una asistencia de aproximadamente 20,000 personas, quienes participaron en la celebración religiosa y en el recorrido por las principales calles de Chapala.
En la visita de la Virgen de Zapopan a Chapala se encomienda el temporal de lluvias a la bendita imagen, esperando que se incremente el nivel de agua en el lago.
Dentro de la Arquidiócesis de Guadalajara, se han detectado casos de personas que lucran haciendo uso de reproducciones de la Virgen de Zapopan y organizan actividades con ellas.
La costumbre de que la Virgen de Zapopan realizara visitas a distintos pueblos de la ciudad se implementó desde el siglo XVIII. Esta práctica surgió como una expresión de gratitud de los feligreses tapatíos.