Existe la Inteligencia Artificial, pero hoy también debemos hablar de la Inteligencia Ética

Es una tradición que en el mes de octubre, en todos los espacios de las instituciones educativas, nos enfoquemos en el concepto de la ética. Así surge la pregunta, ¿qué es la ética?

La ética es la capacidad activa de distinguir lo correcto de lo incorrecto y actuar en consecuencia, buscando el bienestar de los demás y el bienestar propio.

No se decreta ni se impone, exige un convencimiento personal y social para respetar las normas que asumimos libremente.

La ética es una práctica diaria que nos da congruencia y nos permite construir justicia, paz y confianza. Por ello requiere de la verdad, la responsabilidad y la conciencia del otro.

En suma, es una práctica con nosotros mismos y con la sociedad, que nos guía a actuar con respeto y solidaridad.

La ética y la integridad van de la mano. La ética es el vínculo que nos guía para actuar con justicia y respeto.

La integridad, por su parte, es la fuerza interior que nos impulsa a actuar de manera consistente con estos principios. Ambas exigen una voluntad consciente de asumir responsabilidades y preservar la dignidad de todas las personas.

Las instituciones educativas estamos convocadas a esta gran misión:

Formar en la ética a nuestras alumnas y alumnos, a todos nuestros colaboradores y ser un multiplicador del valor de la integridad.

Ante la inminente llegada de la inteligencia artificial en todo nuestro quehacer, hoy también podemos hablar de la inteligencia ética como la capacidad de discernir lo correcto e integrar valores en cada decisión.

Así como la inteligencia emocional nos ayuda a manejar nuestras relaciones, la inteligencia ética nos va a permitir orientar la vida con responsabilidad, justicia y respeto.

Al final, la ética nos recuerda lo fundamental: el ser humano debe estar al centro de toda decisión. Convocamos a toda la sociedad a unirse en esta gran cruzada por la ética.