El vitiligo: una enfermedad visible, compleja y tratable
Jorge Ocampo, dermatólogo del Hospital Universitario, explicó los aspectos clave del vitiligo.
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Jorge Ocampo, dermatólogo del Hospital Universitario, ha participado en investigaciones sobre este padecimiento. | Especial
El doctor Jorge Ocampo, dermatólogo del Hospital Universitario, habló sobre el vitiligo y explicó si se trata de una enfermedad mortal.
“El vitiligo no es una enfermedad mortal, pero sí afecta profundamente la autoestima y la calidad de vida de quienes lo padecen”, afirma el doctor Jorge Ocampo, dermatólogo del Hospital Universitario.
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Su experiencia clínica y su participación en estudios de investigación lo han convertido en una voz autorizada en el tema.
En entrevista con Rossy Ramírez, para el segmento “Tu médico en Telediario”, Ocampo explicó los aspectos clave de este padecimiento cutáneo, que afecta a entre el dos y el seis por ciento de los mexicanos.
El vitiligo es una enfermedad de la piel que se manifiesta con la pérdida progresiva de pigmentación en ciertas zonas del cuerpo.
“Lo que ocurre es que los melanocitos, que son las células encargadas de producir el pigmento de la piel, dejan de funcionar o se destruyen”, detalló.
El especialista explicó que entre los principales factores implicados están la predisposición genética, las enfermedades autoinmunes y el impacto emocional.
“Si tu padre o tu madre tuvieron vitiligo, tus probabilidades aumentan. Si los dos lo padecieron, el riesgo puede llegar hasta un 20 por ciento”, advirtió y expuso que situaciones de estrés intenso, como la muerte de un familiar, un divorcio o una pérdida amorosa, pueden detonar la enfermedad o agravarla.
La mayor parte de los casos aparece antes de los 30 años. Sin embargo, el doctor aclaró que puede diagnosticarse en cualquier etapa de la vida.
“Hemos visto casos desde la infancia hasta personas mayores de 70 años”.
Clasificaciones y tipos
El vitiligo no se presenta de forma uniforme, por lo que existen diversas clasificaciones clínicas. El doctor Ocampo explicó que, en términos generales, se distinguen dos tipos principales: el vitiligo segmentario y el no segmentario.
“El segmentario sigue el trayecto de un nervio, como el facial o el trigémino, mientras que el no segmentario, que es el más frecuente, aparece de forma generalizada y suele iniciar en los párpados, las axilas o los pliegues”, señala.
Además los médicos distinguen entre vitiligo activo, cuando aparecen nuevas manchas continuamente, y vitiligo latente, cuando la enfermedad ha dejado de progresar durante al menos un año. Existe incluso una forma llamada vitíligo universal, en la que se pierde la pigmentación en más del 90 por ciento de la superficie corporal.
“Cada paciente requiere una valoración específica. No hay una receta única para tratar el vitiligo”.
Diagnóstico y tratamiento
El dermatólogo recomendó acudir al especialista tan pronto se noten los primeros signos de despigmentación.
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“Cuanto antes se diagnostique y se trate, mejores resultados tendremos. Hay pacientes que repigmentan casi por completo si iniciamos a tiempo”, aseguró.
Los tratamientos varían según el tipo y la extensión de la enfermedad.
“Los casos pequeños pueden resolverse en meses, pero los más severos pueden requerir años”, indicó Ocampo y reafirmó que el vitiligo es tratable.
“No hablo de una cura definitiva, pero sí de una repigmentación del 80 o 90 por ciento en muchos casos”, relató.
Los métodos actuales incluyen medicamentos tópicos, fototerapia con rayos ultravioleta de banda angosta y, en algunos casos, el uso del láser Excimer. Aunque existen cremas nuevas como el ruxolitinib —que ya se utiliza en Estados Unidos—, su alto costo limita su disponibilidad en México.
“Lo importante es que los medicamentos que tenemos hoy son efectivos y no tan costosos. Podemos ayudar a la mayoría de los pacientes”, sostuvo.
Alternativas quirúrgicas
En casos muy seleccionados se puede optar por tratamientos quirúrgicos. Éstos consisten en tomar piel sana de una zona poco visible del cuerpo —como la ingle o detrás de las orejas— e implantarla en las áreas despigmentadas por la enfermedad.
“Primero hacemos pruebas para ver si el pigmento migra adecuadamente. Esto solo se hace en pacientes con vitiligo latente, no activo”, advirtió.
También se investiga la posibilidad de cultivar melanocitos en un laboratorio e implantarlos posteriormente.
El futuro del tratamiento podría estar en los medicamentos biológicos, que ya se usan en otras enfermedades autoinmunes como la artritis o la psoriasis.
“Estos fármacos bloquean procesos inflamatorios específicos. En el Hospital Universitario estamos participando en estudios clínicos con nuevas moléculas. Cada año surgen opciones nuevas”, refirió el médico.
Del impacto emocional a prevención de fraudes
Aunque no pone en riesgo la vida, el impacto del vitiligo va mucho más allá de lo físico.
“Es una enfermedad que golpea la autoestima, la seguridad, incluso la vida sexual de quienes la padecen”, señaló Ocampo, quien insistió en la importancia del apoyo psicológico y la orientación profesional.
También lanzó una advertencia sobre productos milagro y tratamientos sin sustento científico.
“Si existiera un remedio infalible ya lo estaríamos recetando los dermatólogos. Lo que abunda son charlatanes que aprovechan la desesperación de la gente”.
El doctor invitó a los pacientes a acercarse a asociaciones reconocidas. En México existen fundaciones que promueven el conocimiento y el acompañamiento.
Finalmente, Ocampo lanzó un mensaje de esperanza:
“Hoy tenemos herramientas que hace 20 años no existían. Podemos mejorar no solo la piel, sino la calidad de vida de los pacientes. Lo más importante es no resignarse, acudir con su dermatólogo y mantenerse informados”.
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