Rodo Padilla: el escultor mexicano que descubrió su vocación por accidente
Nacido en un taller artesanal, el hoy reconocido escultor jalisciense nunca imaginó que una confusión académica lo llevaría a descubrir su verdadera vocación.
El camino de Rodo Padilla hacia el arte no fue planeado, pero sí se convirtió en su destino.
Nacido en un taller artesanal, el hoy reconocido escultor jalisciense nunca imaginó que una confusión académica lo llevaría a descubrir su verdadera vocación.
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“Yo nazco en un taller artesanal, pero no quise ser artesano y el mundo del arte sale por una equivocación”, recuerda entre risas.
Buscando especializarse en ingeniería cerámica, viajó a Italia para continuar sus estudios. Sin embargo, un error al momento de inscribirse cambió su vida para siempre.
“Cuando llego a la escuela donde me inscribí resulta que me equivoqué de curso, me inscribí a uno de escultura en lugar de ingeniería. Ya no había cupo para cambiarme y me dijeron: te quedas aquí o ya no tienes lugar… y me quedé a estudiar escultura. Ahí inicia todo, y me fascinó.”
Rodo emprendió un negocio de tazas y platos de cerámica, que tiempo después fracasó. Pero aquella crisis lo llevó a redescubrirse y a dar vida a su faceta como escultor.
“Cuando viene una crisis, la verdad sacamos lo que nunca sacamos. Me puse a modelar y trabajaba de noche para desarrollar nuevas piezas, y gracias a Dios pude hacer más cosas.”
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Hoy, su obra es reconocida a nivel nacional e internacional. Actualmente presenta su exposición “Yo en mi casa” en la Galería Querencia en San Pedro, una muestra que refleja la conexión entre la fe, la creatividad y el crecimiento personal.
“Él quería que fuera escultor, que me usara como escultor, y ahí es cuando dejo todo completamente. Hago esta línea que se llama ‘De los niños es el reino de los cielos’, donde hablo de lo que yo vivo, de mi experiencia personal con Él.”
Entre las piezas más significativas de la exposición destaca “Mi reposo”, una escultura que simboliza la confianza y el descanso del alma.
“Esta pieza habla de eso, de un reposo en alguien que yo conozco, porque sé que puede cuidarme, guiarme y mantenerme. Es un pegaso que vuela en el cielo, algo que no es terrenal, y así me siento yo: sostenido por algo que me da un reposo sobrenatural.”
Rodo Padilla encontró en la escultura no sólo una vocación, sino una forma de vida y de fe. Su historia es un recordatorio de que los errores, a veces, son el punto de partida hacia el verdadero propósito.
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bimc
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