“Revísense”: María Luisa, sobreviviente de un derrame cerebral, lanza llamado a la prevención
María Luisa actualmente camina con limitaciones, no puede manejar, pero se mantiene activa y con muchas ganas de salir adelante. Aquí te mostramos su historia.
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Maria Luisa explicó que una malformación congénita en su cerebro se rompió y provocó una hemorragia interna. | Roberto Alanís
Hace once años, la vida de María Luisa Bracamontes Salinas dio un giro radical. Una mañana calurosa de mayo en Torreón, mientras salía a correr con su perrita, sufrió una caída súbita.
"Sentí que me tropecé, pensé que me iba a levantar, pero ya no pude", recuerda.
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Ese día, a plena luz del mediodía, una malformación congénita en su cerebro se rompió y provocó una hemorragia interna.
La atención médica llegó tarde. Pasó más de medio día inconsciente.
"Me salí a correr como a las once, y mi esposo me localiza hasta después de las cuatro", relata.
Para entonces, la Cruz Roja ya la había llevado a un centro de imagen y posteriormente a un hospital privado, tras confirmar el sangrado cerebral.
"Fue un derrame, se me reventó una arteria. Era una malformación congénita que nadie sabía que tenía".
Durante años, María Luisa sufría migrañas intensas.
"Yo pensaba que era normal, muchas amigas las tenían. Me tomaba pastillas y seguía". Hoy entiende que aquellas migrañas eran señales.
"Las migrañas nunca fueron migrañas, eran avisos", dice. Su marido, Jorge Villarreal, le insistía en atenderse, pero ella restaba importancia a los síntomas.
La cirugía ocurrió esa misma noche. María Luisa entró en coma inducido durante tres semanas y media.
"Despierto cuatro semanas después. Me habían abierto toda la cabeza. No movía el lado derecho del cuerpo".
Durante el coma, recuerda imágenes que interpreta como manifestaciones de su fe: "Veía a mis amigas vestidas de negro flotando, rezando; se me reflejaba la Rosa Mística en el techo del hospital".
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La recuperación es lenta y ardua. Pasa meses en rehabilitación física. "Estuve con un cubano maravilloso que me sacó de la silla de ruedas. Él me dijo: 'Tú tienes cuerpo atlético, te voy a sacar adelante'".
“La disciplina que antes dedicaba al ejercicio se convierte en la base de su recuperación. "La condición física que tenía me salvó", aseguran sus médicos.
Aprende a caminar de nuevo, a maquillarse con la mano izquierda, a comer de forma distinta. "Ahora soy zurda. Esta mano —la derecha— sigue débil, pero nunca se me encogió gracias a las terapias".
El proceso transforma su vida familiar. Sus hijos, Jorge Arturo y David, la acompañan. Uno de ellos compone una canción en su honor: "Mamá, me quedé con ganas de decirte que te amo, ojalá despiertes un día". María Luisa bromea con ternura: "Le dije, te hubieras muerto de remordimiento si no despertaba".
La experiencia reforzó su fe. "No me solté de la mano de Dios y de la Virgen. Ellos no me soltaron a mí". Reconoce que antes no era especialmente devota, pero ahora cada día inicia con una oración. "Les encomiendo todo lo que hago".
Así le diagnosticaron el derrame cerebral
El diagnóstico fue claro: ictus, o derrame cerebral, provocado por una malformación vascular no detectada. "Todavía tengo un aneurisma que no ha crecido en once años. Estoy monitoreada constantemente". Para ella, la experiencia es un parteaguas. "Fue un tropiezo y me levanté".
A quienes la escuchan, María Luisa les deja un mensaje directo: "Revísense. No todas las migrañas son normales. La atención oportuna es vital. Cuatro horas es el límite ideal para actuar ante un evento como el mío. En mi caso, pasaron muchas más, y por eso las secuelas".
Hoy, camina con limitaciones, no puede manejar, pero se mantiene activa. "Soy bien callejera, así que le busco la manera". A pesar de las dificultades, no mirar atrás. "Este es un maratón que ya llevo once años corriendo".
En su relato no hay dramatismo, hay determinación. "Todos tenemos una cruz que podemos cargar", afirma. La suya pesa, pero la ha convertido en impulso. Entre lágrimas, risas, oraciones y música, María Luisa Bracamontes corre otra carrera: la de compartir su historia para que otros aprendan a detenerse a tiempo.
▶️ #TuMédicoTD ???? | María Luisa Bracamontes sufrió un derrame cerebral hace 11 años, mientras corría lo pareció simple tropiezo, pero resultó en una malformación congénita que nadie conocía.#TelediarioMatutino ⭐ @Deb_Estrella, @josuebecerra y @_sandrasandoval pic.twitter.com/P0LlADuQ4d
— @telediariomty (@telediariomty) July 15, 2025
¿Qué señales ignoró María Luisa?
Hoy María Luisa Bracamontes comparte su experiencia para que las personas no ignoren un dolor de cabeza y se atiendan:
- Sufrió migrañas durante 5-6 años previos al derrame.
- Las migrañas eran en realidad avisos del aneurisma.
- Su buena condición física previa fue clave para la recuperación.
- Asegura que las oraciones jugaron un papel esencial en su sanación.
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