Vecinos exigen justicia tras el asesinato de Santiago de 9 años que intentó defender a su mamá en Guanajuato
La noche del martes de padre de Santiago le arrebató la vida luego de agredir a su mamá con un machete al interior de su domicilio.
El pequeño Santiago, de 9 años, originario de la comunidad de Buenavista en Tarandacuao, será recordado como un niño muy alegre. Así lo describió el párroco del municipio, Fray Francisco Javier Amésquita Velázquez, quien se unió al grito de justicia ante esta tragedia que ha sacudido a toda la comunidad.
Vecinos del lugar califican como una tragedia lo ocurrido la noche del martes, cuando el menor recibió una herida penetrante en el abdomen con un machete, mientras que su mamá, Betzy Mariza “N”, fue gravemente herida en la cabeza por su pareja y padre del niño.
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La familia espera que en las próximas horas de este sábado les sea entregado el cuerpo del pequeño, el cual permaneció por más de 48 horas en el Servicio Médico Forense para la necropsia de ley.
Daniel “N”, padre de Santiago y agresor de Betzy Mariza “N”, ya se encuentra detenido.
“Más o menos en el mes de julio fue que hizo su primera comunión —el niño—, si no me equivoco en la comunidad de San Juan de aquí de la parroquia”, comentó Fray Francisco Javier Amésquita Velasco, sacerdote franciscano y párroco de la Parroquia de Santiago Apóstol en el municipio de Tarandacuao, Guanajuato.
Este municipio es uno de los más pequeños del estado, pues de acuerdo con el último Censo de Población y Vivienda del INEGI aquí viven 11 mil 304 personas.
La comunidad de San Juan, donde el pequeño hizo la primera comunión, está ubicada a un costado de Buenavista, de donde eran originarios Santiago y su familia.
Leticia López, vecina de la familia, lo describió como un niño muy amable.
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Ella, la noche del martes, escuchó los gritos de auxilio y asegura que incluso ayudó a subir a Santiago y a su madre a la ambulancia.
Contó que vio cómo el menor estaba gravemente herido en el abdomen, al grado de que alcanzó a observar lo que parecían ser sus intestinos.
Hoy en el municipio prevalecen la tristeza y la conmoción, pues consideran que el lugar en general es muy tranquilo y un hecho así ha sacudido a toda la comunidad.
“Sí es algo que entristece, que ensombrece a nuestra comunidad, y más aquí, en una comunidad tan pequeña y que podemos decir muy tranquila. Tener estas experiencias, pues sí, es algo que nos entristece y más donde está involucrado un niño”, señaló el párroco.
José Soto, quien vive en contraesquina del domicilio donde ocurrió el hecho, lamentó: “¿Qué culpa tenía el niño?, iba empezando a vivir”.
Él conocía a la familia de Santiago, la cual era como cualquier otra. Relató que sacaban su moto y se iban a Tarandacuao; desconoce si el papá de Santiago se encontraba bajo el influjo del alcohol o de alguna otra sustancia.
Al menor lo veía cuando iba a la tienda y lo recuerda como alguien muy alegre.
Aún no hay fecha para el sepelio del niño. Sin embargo, se espera que sus abuelos maternos lleguen de Estados Unidos para acompañar a su hija.
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