Proximidad y justicia cívica: el modelo que transforma la seguridad

Cuando fui alcaldesa, aprendí que la seguridad no se construye solo con patrullas. La seguridad se construye desde la comunidad, entendiendo las causas, atendiendo las causas, los conflictos antes de que se vuelvan delitos.

Eso es la policía de Proxima, una policía cercana que camina, que conoce a la gente, que previene y que actúa antes de que el delito ocurra. Dividimos la ciudad en cuadrantes, formamos a los policías durante seis meses y su misión era clara, evitar que los delitos sucedieran. La proximidad te permite prevenir.

Por ejemplo, un policía debe depugnar porque las calles estén iluminadas, no el ciudadano, porque el policía es el que le interesa, es el que quiere que se evite el delito. Pero además entendimos algo muy importante, si no modificas la conducta, la violencia va a regresar. Por eso creamos la justicia cívica, un modelo que no castiga por castigar, sino que corrige, rehabilita y cambia comportamiento.

Los cuatro componentes de la justicia cívica son transparencia y honestidad, que no sea punitiva, que sea modificadora de conducta, que no sea violatoria de los derechos humanos. Eso nos permitió algo clave, quien cometía una falta recibiera atención psicológica, terapias, acompañamiento familiar y en lugar de ir directo al sistema penal, teníamos una transformación de conducta. Esa es la diferencia entre castigar y transformar.

Y lo más importante es que funcionó, bajaron los robos, bajó la reincidencia, se recuperó la confianza en las autoridades. Este modelo, proximidad más justicia cívica, es un modelo creado y probado cuando fui presidenta municipal aquí en Nuevo León. Así que en Nuevo León se puede recuperar, se puede fortalecer y se puede escalar, porque la verdadera seguridad no se impone, se construye desde la prevención, la comunidad y la justicia que realmente transforma.