En el inicio de su devoción, los hermanos franciscanos construyeron un pequeño nicho para su veneración, en el mismo lugar donde hoy se levanta la Basílica de Zapopan.
Su figura, un símbolo de fe y protección para millones de feligreses en Jalisco, será recibida con devoción en el decanato Madre Santísima de la Luz y San Pedro Tlaquepaque.
La historia de ambas imágenes se remonta a 1530, donde unos frailes se encargaron de llevarlas al lugar donde hoy en día son visitadas por millones de personas.
La Virgen de Zapopan visitaba a Guadalajara desde el año 1693, pero su llegada anual a la ciudad se formalizó a partir de 1734 con acuerdos entre el Cabildo Eclesiástico y el Ayuntamiento de Guadalajara.
Para la recepción de la Virgen de Zapopan durante esta semana se recomienda adornar con tonalidades en azul y blanco; así lo recomiendan parroquias de este decanato.
La imagen de la Virgen de Zapopan es una pequeña talla de unos 34 centímetros de altura, elaborada por artesanos indígenas con pasta de caña de maíz en el siglo XVI.