"Sin ella no sé qué hubiera pasado": mujer con cáncer habla de la importancia del apoyo familiar
Su experiencia la ha llevado a pensar que no hay un “librito que te diga qué hacer si te da cáncer”.
Roxana Valadez Quintero lucha contra el cáncer desde marzo del 2019. Cuando la mujer tenía 29 años de edad detectó un bulto en su seno derecho y después de acudir a un chequeo con su médico particular, le diagnosticaron cáncer de mama.
A pesar de que desde el primer momento se ha sometido a tratamientos médicos, la enfermedad no ha cesado. No obstante su hija y su familia se convirtieron en su motor para no rendirse y continuar luchando.
Roxana habla del dolor de padecer cáncer de mama. “El dolor ha estado constante e incrementando, hay noches que no duermo, el insomnio no me ha ayudado mucho y así que tú digas: padre, padre no la he pasado”, relata entre risas.
Con todo y su enfermedad, la mujer no ha perdido su sentido del humor y agradece que su enfermedad ha sido más llevadera por el apoyo de su familia. Destaca en especial el acompañamiento que le ha dado su hija, a la cual la considera su motor: “sin ella no sé qué hubiera pasado”, confesó.
Actualmente Roxana Valadez tiene 41 años y es madre soltera de una pequeña de seis años. Antes de ser diagnosticada con cáncer era empleada en una empresa de manufactura electrónica y echa de menos su trabajo.
Roxana se describe como una mujer fuerte, valiente y con ganas de vivir, prueba de ello es que en los últimos dos años le han realizado dos biopsias, una mastectomía radical, 16 quimioterapias, 25 radiaciones, y 16 quimioterapias intravenosas. Su lucha se ha intensificando pues la enfermedad se volvió más agresiva luego de que le detectaron también metástasis en el cuello y pulmonar.
Su madre y abuela son sobrevivientes de cáncer y ahora fungen como ejemplo para Roxana. También considera que la detención temprana de la enfermedad puede salvar vidas.
Su experiencia la ha llevado a pensar que no hay un “librito que te diga qué hacer si te da cáncer”, pues todos los cuerpos tienen reacciones diferentes, pero enfatiza en la importancia de la detección temprana. Roxana cree que mucha mujeres no se hacen chequeos por miedo, pero ese es el error más grande que puedan hacer, ya que cuando la enfermedad avanza es más difícil y doloroso.
Cabe destacar que parte de su proceso de resiliencia consiste en asistir a un grupo de apoyo con mujeres sobrevivientes y mujeres que aún luchan contra el cáncer de mama. En ese espacio comparten sus vivencias, y el acto de conocerse las hace empoderarse y agarrar más fuerza para seguir luchando.
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