user-icon user-icon
  • Clima
    • Monterrey 34ºC 23ºC Min. 34ºC Máx.
    • Rain
    • Próximos 5 días
      • Lunes
      • 23º / 34º
      • Rain
      • Martes
      • 22º / 35º
      • Rain
      • Miércoles
      • 22º / 35º
      • Rain
      • Jueves
      • 23º / 36º
      • Rain
      • Viernes
      • 23º / 35º
      • Rain
    • Pronóstico en video Abimael Salas nos da el pronóstico del tiempo en Monterrey para este viernes 25 de julio de 2025.
    • Abimael Salas nos da el pronóstico del tiempo en Monterrey para este viernes 25 de julio de 2025.
      • Video
      • media-content

Apps contra el coronavirus buscan garantizar la privacidad

Los métodos tradicionales con entrevistas personales de los pacientes requieren mucho tiempo y trabajo, de modo que los países quieren una solución automatizada en forma de aplicación que rastree los contactos.

Editorial Telediario Nacional /

LONDRES. — Adiós cuarentena, hola smartphone.

Mientras los gobiernos se apresuran a desarrollar aplicaciones de rastreo que ayuden a contener los contagios, la atención se dirige a cómo garantizarán las autoridades la privacidad de los usuarios. El debate es especialmente urgente en Europa, una de las regiones más castigadas del mundo con casi 140 mil muertos por COVID-19.

Sin embargo, el empleo de tecnología de monitoreo puede evocar amargos recuerdos de vigilancia masiva por parte de autoridades totalitarias en buena parte del continente.

En los últimos años, la Unión Europea ha sido pionera global en privacidad digital, introduciendo leyes estrictas para las empresas de tecnología y sitios web que almacenan información personal. Académicos y defensores de los derechos civiles presionan ahora para que las nuevas apps también incluyan más protección de datos personales.

A continuación, un vistazo a los problemas:

¿POR QUÉ UNA APP?

Las autoridades europeas, presionadas para que suavicen las cuarentenas que llevan meses impuestas en algunos países, quieren asegurarse de que los contagios no crecen al terminar el confinamiento. Un sistema es localizar a las personas con las que ha entrado en contacto una persona infectada e informarlas de su posible exposición para que puedan ponerse en aislamiento voluntario.

Los métodos tradicionales con entrevistas personales de los pacientes requieren mucho tiempo y trabajo, de modo que los países quieren una solución automatizada en forma de aplicación que rastree los contactos. Pero se teme que las nuevas herramientas de rastreo sean una puerta a un aumento de la vigilancia.

ESTÁNDARES EUROPEOS

Las intrusivas herramientas empleadas por gobiernos asiáticos que lograron contener sus brotes de virus no podrían aprobarse en Europa. Los ciudadanos de la UE valoran sus derechos de privacidad, de modo que imponer el uso de una app como en Corea del Sur, que alerta a las autoridades si los usuarios salen de casa, o pulseras localizadoras como las utilizadas en Hong Kong simplemente no es una opción.

La solución que está acaparando más atención implica utilizar señales de Bluetooth de los celulares para rastrear de forma anónima a los usuarios que mantienen un contacto prolongado. Las autoridades de las democracias occidentales afirman que el empleo de las apps debe ser voluntario.

DISEÑOS RIVALES

La batalla en Europa se ha centrado en sistemas rivales de aplicaciones basadas en Bluetooth. Un proyecto de liderazgo alemán, Pan-European Privacy-Preserving Proximity Tracing, o PEPP-PT que recibió el apoyo inicial de 130 investigadores, sube los datos a un servidor central.

Pero algunos académicos expresaron sus preocupaciones por el riesgo del proyecto y apoyaron a una iniciativa rival de liderazgo suizo, Decentralized Privacy-Preserving Proximity Tracing, o DP3T.

Los defensores de la privacidad prefieren un sistema descentralizado porque los datos anónimos se mantienen solo en los dispositivos.

Algunos gobiernos respaldan ese modelo porque podría dar más datos que guíen su toma de decisiones. Sin embargo, casi 600 científicos de más de dos docenas de países han firmado una carta abierta advirtiendo que esto podría “derivar en sistemas que permitirían una vigilancia sin precedentes sobre la sociedad en general”.

Apple y Google entraron en la disputa apoyando una estrategia descentralizada y presentando un esfuerzo conjunto por desarrollar herramientas digitales contra el virus. Las gigantes tecnológicas publicarán una interfaz de software para que las agencias sanitarias puedan integrar sus apps con los sistemas operativos Android y del iPhone, y tienen previsto lanzar sus propias apps más tarde.

La Comisión de la UE advirtió que una estrategia fragmentada de aplicaciones de rastreo podría perjudicar la lucha contra el virus y pidió coordinación, presentando herramientas digitales para que los estados miembros construyan sus apps.

MÁS ALLÁ DE LAS FRONTERAS

La estrategia que elija Europa tendrá implicaciones más allá de la cuestión práctica de desarrollar apps de localización que funcionen más allá de las fronteras, incluidas las muchas que contiene la UE.

“Cómo hacemos esto, qué salvaguardas introducimos, qué derechos fundamentales estamos estudiando con detenimiento” influirá en otros lugares, dijo Michael Veale, profesor de derechos digitales en el University College London y que trabaja en el proyecto DP3T.

“Los países miran a Europa, y los activistas miran a Europa” y esperan que el continente adopte una estrategia que preserva la privacidad, dijo.

cog 

LONDRES. — Adiós cuarentena, hola smartphone.

Mientras los gobiernos se apresuran a desarrollar aplicaciones de rastreo que ayuden a contener los contagios, la atención se dirige a cómo garantizarán las autoridades la privacidad de los usuarios. El debate es especialmente urgente en Europa, una de las regiones más castigadas del mundo con casi 140 mil muertos por COVID-19.

Sin embargo, el empleo de tecnología de monitoreo puede evocar amargos recuerdos de vigilancia masiva por parte de autoridades totalitarias en buena parte del continente.

En los últimos años, la Unión Europea ha sido pionera global en privacidad digital, introduciendo leyes estrictas para las empresas de tecnología y sitios web que almacenan información personal. Académicos y defensores de los derechos civiles presionan ahora para que las nuevas apps también incluyan más protección de datos personales.

A continuación, un vistazo a los problemas:

¿POR QUÉ UNA APP?

Las autoridades europeas, presionadas para que suavicen las cuarentenas que llevan meses impuestas en algunos países, quieren asegurarse de que los contagios no crecen al terminar el confinamiento. Un sistema es localizar a las personas con las que ha entrado en contacto una persona infectada e informarlas de su posible exposición para que puedan ponerse en aislamiento voluntario.

Los métodos tradicionales con entrevistas personales de los pacientes requieren mucho tiempo y trabajo, de modo que los países quieren una solución automatizada en forma de aplicación que rastree los contactos. Pero se teme que las nuevas herramientas de rastreo sean una puerta a un aumento de la vigilancia.

ESTÁNDARES EUROPEOS

Las intrusivas herramientas empleadas por gobiernos asiáticos que lograron contener sus brotes de virus no podrían aprobarse en Europa. Los ciudadanos de la UE valoran sus derechos de privacidad, de modo que imponer el uso de una app como en Corea del Sur, que alerta a las autoridades si los usuarios salen de casa, o pulseras localizadoras como las utilizadas en Hong Kong simplemente no es una opción.

La solución que está acaparando más atención implica utilizar señales de Bluetooth de los celulares para rastrear de forma anónima a los usuarios que mantienen un contacto prolongado. Las autoridades de las democracias occidentales afirman que el empleo de las apps debe ser voluntario.

DISEÑOS RIVALES

La batalla en Europa se ha centrado en sistemas rivales de aplicaciones basadas en Bluetooth. Un proyecto de liderazgo alemán, Pan-European Privacy-Preserving Proximity Tracing, o PEPP-PT que recibió el apoyo inicial de 130 investigadores, sube los datos a un servidor central.

Pero algunos académicos expresaron sus preocupaciones por el riesgo del proyecto y apoyaron a una iniciativa rival de liderazgo suizo, Decentralized Privacy-Preserving Proximity Tracing, o DP3T.

Los defensores de la privacidad prefieren un sistema descentralizado porque los datos anónimos se mantienen solo en los dispositivos.

Algunos gobiernos respaldan ese modelo porque podría dar más datos que guíen su toma de decisiones. Sin embargo, casi 600 científicos de más de dos docenas de países han firmado una carta abierta advirtiendo que esto podría “derivar en sistemas que permitirían una vigilancia sin precedentes sobre la sociedad en general”.

Apple y Google entraron en la disputa apoyando una estrategia descentralizada y presentando un esfuerzo conjunto por desarrollar herramientas digitales contra el virus. Las gigantes tecnológicas publicarán una interfaz de software para que las agencias sanitarias puedan integrar sus apps con los sistemas operativos Android y del iPhone, y tienen previsto lanzar sus propias apps más tarde.

La Comisión de la UE advirtió que una estrategia fragmentada de aplicaciones de rastreo podría perjudicar la lucha contra el virus y pidió coordinación, presentando herramientas digitales para que los estados miembros construyan sus apps.

MÁS ALLÁ DE LAS FRONTERAS

La estrategia que elija Europa tendrá implicaciones más allá de la cuestión práctica de desarrollar apps de localización que funcionen más allá de las fronteras, incluidas las muchas que contiene la UE.

“Cómo hacemos esto, qué salvaguardas introducimos, qué derechos fundamentales estamos estudiando con detenimiento” influirá en otros lugares, dijo Michael Veale, profesor de derechos digitales en el University College London y que trabaja en el proyecto DP3T.

“Los países miran a Europa, y los activistas miran a Europa” y esperan que el continente adopte una estrategia que preserva la privacidad, dijo.

cog 

LONDRES. — Adiós cuarentena, hola smartphone.

 

Mientras los gobiernos se apresuran a desarrollar aplicaciones de rastreo que ayuden a contener los contagios, la atención se dirige a cómo garantizarán las autoridades la privacidad de los usuarios. El debate es especialmente urgente en Europa, una de las regiones más castigadas del mundo con casi 140 mil muertos por COVID-19.

 

Sin embargo, el empleo de tecnología de monitoreo puede evocar amargos recuerdos de vigilancia masiva por parte de autoridades totalitarias en buena parte del continente.

 

En los últimos años, la Unión Europea ha sido pionera global en privacidad digital, introduciendo leyes estrictas para las empresas de tecnología y sitios web que almacenan información personal. Académicos y defensores de los derechos civiles presionan ahora para que las nuevas apps también incluyan más protección de datos personales.

 

A continuación, un vistazo a los problemas:

¿POR QUÉ UNA APP?

 

Las autoridades europeas, presionadas para que suavicen las cuarentenas que llevan meses impuestas en algunos países, quieren asegurarse de que los contagios no crecen al terminar el confinamiento. Un sistema es localizar a las personas con las que ha entrado en contacto una persona infectada e informarlas de su posible exposición para que puedan ponerse en aislamiento voluntario.

 

Los métodos tradicionales con entrevistas personales de los pacientes requieren mucho tiempo y trabajo, de modo que los países quieren una solución automatizada en forma de aplicación que rastree los contactos. Pero se teme que las nuevas herramientas de rastreo sean una puerta a un aumento de la vigilancia.

 

ESTÁNDARES EUROPEOS

 

Las intrusivas herramientas empleadas por gobiernos asiáticos que lograron contener sus brotes de virus no podrían aprobarse en Europa. Los ciudadanos de la UE valoran sus derechos de privacidad, de modo que imponer el uso de una app como en Corea del Sur, que alerta a las autoridades si los usuarios salen de casa, o pulseras localizadoras como las utilizadas en Hong Kong simplemente no es una opción.

 

La solución que está acaparando más atención implica utilizar señales de Bluetooth de los celulares para rastrear de forma anónima a los usuarios que mantienen un contacto prolongado. Las autoridades de las democracias occidentales afirman que el empleo de las apps debe ser voluntario.

 

DISEÑOS RIVALES

 

La batalla en Europa se ha centrado en sistemas rivales de aplicaciones basadas en Bluetooth. Un proyecto de liderazgo alemán, Pan-European Privacy-Preserving Proximity Tracing, o PEPP-PT que recibió el apoyo inicial de 130 investigadores, sube los datos a un servidor central.

 

Pero algunos académicos expresaron sus preocupaciones por el riesgo del proyecto y apoyaron a una iniciativa rival de liderazgo suizo, Decentralized Privacy-Preserving Proximity Tracing, o DP3T.

 

Los defensores de la privacidad prefieren un sistema descentralizado porque los datos anónimos se mantienen solo en los dispositivos.

 

Algunos gobiernos respaldan ese modelo porque podría dar más datos que guíen su toma de decisiones. Sin embargo, casi 600 científicos de más de dos docenas de países han firmado una carta abierta advirtiendo que esto podría “derivar en sistemas que permitirían una vigilancia sin precedentes sobre la sociedad en general”.

 

Apple y Google entraron en la disputa apoyando una estrategia descentralizada y presentando un esfuerzo conjunto por desarrollar herramientas digitales contra el virus. Las gigantes tecnológicas publicarán una interfaz de software para que las agencias sanitarias puedan integrar sus apps con los sistemas operativos Android y del iPhone, y tienen previsto lanzar sus propias apps más tarde.

 

La Comisión de la UE advirtió que una estrategia fragmentada de aplicaciones de rastreo podría perjudicar la lucha contra el virus y pidió coordinación, presentando herramientas digitales para que los estados miembros construyan sus apps.

 

MÁS ALLÁ DE LAS FRONTERAS

 

La estrategia que elija Europa tendrá implicaciones más allá de la cuestión práctica de desarrollar apps de localización que funcionen más allá de las fronteras, incluidas las muchas que contiene la UE.

 

“Cómo hacemos esto, qué salvaguardas introducimos, qué derechos fundamentales estamos estudiando con detenimiento” influirá en otros lugares, dijo Michael Veale, profesor de derechos digitales en el University College London y que trabaja en el proyecto DP3T.

 

“Los países miran a Europa, y los activistas miran a Europa” y esperan que el continente adopte una estrategia que preserva la privacidad, dijo.

 

 

 

cog 

  • Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de TELEDIARIO; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
  • t-icon