Hombre de 34 años desaparece en Nuevo León; Fiscalía emite reporte de búsqueda
Se trata de Julio Enrique Serna Quintero, quien fue descrito como con cabello negro entre cano, tez morena clara, ojos cafés oscuros, estatura 1.75 metros y complexión regular.
La Fiscalía General de Justicia del Estado de Nuevo León emitió un reporte de búsqueda por la desaparición de un hombre de 34 años de edad el pasado martes 27 de mayo.
Se trata de Julio Enrique Serna Quintero, quien fue descrito como con cabello negro entre cano, tez morena clara, ojos cafés oscuros, estatura 1.75 metros y complexión regular.
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La parte denunciante no indicó señas particulares del hombre desaparecido que sumen para su identificación, tampoco se mencionó que tenga algún padecimiento de salud.
Informaron que vestía una playera color verde, un pantalón de mezclilla de tono azul medio, y unos tenis en color blanco.
Se desconoce la colonia o zona específica del estado de Nuevo León en donde desapareció o fue visto por última vez, de acuerdo al reporte de las autoridades.
Si usted cuenta con alguna información que ayude a dar con su paradero, puede contactarse al número de la Agencia Estatal de Investigaciones – 81 20 20 44 11 – o - 81 19 90 38 73, correspondiente a la Comisión Local de Búsqueda de Nuevo León.
¿Desaparición o desaparición forzada? Conoce las diferencias clave
En medio de crecientes preocupaciones por los casos de personas no localizadas, es fundamental entender la diferencia entre una desaparición y una desaparición forzada, términos que, aunque similares, tienen implicaciones legales y sociales muy distintas.
Una desaparición ocurre cuando una persona no puede ser localizada y se desconoce su paradero, sin que necesariamente exista evidencia de intervención de terceros.
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Este fenómeno puede deberse a diversas causas, como extravíos en zonas remotas, decisiones voluntarias de alejarse sin notificar a familiares, accidentes o incluso secuestros no relacionados con actores estatales.
Por ejemplo, alguien que se pierde durante una caminata en el bosque o una persona que decide cortar contacto con su entorno entra en esta categoría. Aunque preocupante, una desaparición no implica automáticamente un delito o una violación de derechos humanos.
Por otro lado, la desaparición forzada es un delito grave reconocido por el derecho internacional como una violación de derechos humanos. Se define como la privación de la libertad de una persona por agentes del Estado o por individuos que actúan con su autorización, apoyo o tolerancia, seguida de la negativa a reconocer dicha detención o de ocultar el destino de la víctima, dejándola fuera de la protección de la Ley. Este acto deliberado busca generar incertidumbre y temor, tanto en la víctima como en sus seres queridos.
Un caso paradigmático sería la detención de una persona por fuerzas de seguridad sin registro oficial ni comunicación a sus familiares, como se ha documentado en diversos contextos de represión política.
La distinción es crucial: mientras una desaparición puede tener causas variadas y no siempre implica un acto ilícito, la desaparición forzada está vinculada a la acción o complicidad estatal y constituye un crimen tipificado en instrumentos como la Convención Internacional para la Protección de Todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Organizaciones de derechos humanos subrayan la importancia de esta diferenciación para garantizar investigaciones adecuadas y justicia para las víctimas. En México, donde los casos de desapariciones han alcanzado cifras alarmantes, esclarecer si se trata de una desaparición forzada o no puede marcar la diferencia en la búsqueda de verdad y responsabilidad.
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