¿El poder es compartido en la 4T?: El dilema de Sheinbaum y el fantasma de AMLO

La Cuarta Transformación (4T) es un proyecto inconcluso. Sabemos cómo gobernó López Obrador: él centralizaba absolutamente todo, pero todavía no sabemos qué rumbos tomará el gobierno de Claudia Sheinbaum.

Actualmente, ella parece compartir el poder con su predecesor, no porque él intervenga explícitamente, sino porque ella guarda enormes consideraciones hacia él.

Un ejemplo de esta dinámica son los escándalos de corrupción de la "Barredora" en Tabasco y del "Huachicol fiscal".

Primero se generó un gran escándalo y se supo mucho, ahora no se sabe nada. Hubo una decisión del gobierno de mantener hermetismo; no se sabe qué ha declarado, por ejemplo, el exsecretario Bermúdez.

Ya no se filtra nada. Es evidente que quieren parar lo que perjudica a López Obrador. Vamos a ver qué pasa ahora en 2027 en las elecciones intermedias.

Están en juego 17 gubernaturas y toda la Cámara de Diputados. ¿Cuántos de esos candidatos podrá designar Sheinbaum? ¿Y cuántos tendrá que compartir con los otros factores de poder: los líderes del Senado y de la Cámara, los dirigentes del partido, y los gobernadores?

Todos los cuales son, de alguna manera, una extensión de López Obrador.

Ahí nos vamos a empezar a dar cuenta de cómo se va a manejar este sexenio: si va a seguir siendo un gobierno compartido o si la presidenta va a empezar a tomar las riendas.

Y habrá un indicio interesante, que es lo de la revocación de mandato.

Si Claudia Sheinbaum insiste en adelantarla, si bien eso va a ayudar a Morena dándole un envión, también es anticipar, de una vez por todas, la espada de Damocles, o como digo yo, la "Espada de Amlocles", que pende sobre la cabeza de la presidenta en la revocación de mandato.

Hacerla antes es quitarse de una vez por todas esa presión. Vamos a ver cómo evoluciona este gobierno: si va a ser un autoritarismo de partido o de ideología, o un autoritarismo personal.

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