A 24 años de la primera Final de Libertadores de un equipo mexicano, así la recuerdan exjugadores de Cruz Azul
La Máquina Celeste de la Cruz Azul enfrentó a Boca Juniors en una histórica Final, pues nunca un equipo mexicano había llegado tan lejos.
Hace exactamente 24 años, el futbol mexicano vivió un momento histórico y, en aquel momento, único, Cruz Azul era finalista de la Copa Libertadores y se midió nada más y nada menos que a Boca Juniors.
En el ya lejano 2001 y tras tres años de participación de equipos mexicanos en la Copa Libertadores, la Máquina, dirigida en ese momento por José Luis Trejo, sorprendió al meterse a la gran final del torneo de clubes más importante de América; era la primera vez que un equipo mexicano llegaba a la final de la Libertadores.
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En entrevista para Multimedios Deportes, figuras de aquel Cruz Azul como Óscar Pérez, Melvin Brown y Víctor Gutiérrez, recordaron cómo se vivió esa gran final de la Libertadores de 2001, ante un Boca plagado de figuras.
“Volver a recordar esos momentos tan bonitos, tan emotivos. Son torneos muy vistosos, que a uno como jugador te hacen crecer deportivamente hablando y es un gran escaparate, dijo el Conejo Pérez.
Victor Gutiérrez, mejor conocido como la “Vitola”, se quedó con la frustración de no ser campeón: “Me quedé con un poco de la espina clavada de no poder levantar la copa, un ciertamente tan histórico, como lo es la libertadores que prácticamente viene siendo la Champions League de Sudamérica”
Mientras que Melvin Brown fue certero: “Me siento muy orgulloso, creo que es algo que me identifica tanto a mí como a todos mis compañeros, con nuestro legado celeste, el cual representamos bien a Cruz Azul y también a México, porque fue una energía muy padre, que jamás la he visto”.
¿Cómo fue el camino a la Final de la Libertadores para Cruz Azul?
El camino Celeste no fue fácil, comenzó en la pre libertadores, ahí superó al Táchira y al Deportivo Italchacao de Venezuela, así como al Atlante. Se clasificó a la Libertadores y compartió grupo con el Sao Caetano de Brasil, Defensor Sporting de Uruguay y Olmedo de Ecuador.
Conforme avanzó el torneo terminó como líder de su sector, se metió a Octavos de Final y eliminó a Cerro Porteño, en Cuartos, echó a River Plate con jerarquía, en semifinales superó a Rosario Central y como caballo negro llegó a la gran final para medirse ante un grande argentino, Boca Juniors, que contaba en sus filas con Juan Román Riquelme, Marcelo Delgado, Jorge Bermúdez, Cristian Traverso, Walter Gaitán, Christian Giménez y Óscar Córdova.
“Algunos equipos mexicanos ya habían participado y a nosotros se nos da acceder a la final, el camino fue difícil, nos tocaron equipos bien interesantes: Sao Caetano, Cerro Porteño, Olmedo, River, Rosario, Boca, fue un camino muy interesante”, recordó Oscar Pérez.
La Clave del Cruz Azul del 2001
José Luis Trejo, estratega de aquella Máquina armó un plantel combinado de jóvenes y elementos de experiencia, pero le dio la oportunidad a varios canteranos como Víctor Gutiérrez, Melvin Brown, Tomas Campos, Norberto Ángeles (QEPD), José Alberto Hernández, entre otros, de vivir y formarse en un escenario más que complicado, la Copa Libertadores.
Pero esos jugadores jóvenes fueron arropados por elementos de experiencia y calidad, tanto mexicanos como extranjeros: Oscar Pérez, Pablo Galdames, Julio Cesar Pinheiro, Omar Rodríguez, Héctor Adomaitis, Carlos Barra, Juan Reynoso, Juan Francisco Palencia y reforzados por dos elementos importantes en aquel momento, Sergio Almaguer y José Saturnino Cardozo.
“Yo creo que el equipo fue arropado por jugadores de gran renombre, antes jugaban cinco, seis o siete extranjeros de gran calidad, además de grandes jugadores mexicanos, como era Paco Palencia, Almaguer, el mismo ‘Conejo’ Pérez, Omar Rodríguez, gente que ya había jugado la final del 99, que eran canteros y después llevarnos a nosotros”, señaló la Vitola.
Con la gran final de la Libertadores frente a ellos y con la posibilidad de hacer historia en el futbol mexicano, los más jóvenes de ese Cruz Azul no dimensionaban lo que estaban por jugar.
“En realidad no sabíamos la magnitud del certamen, poco a poco nos fuimos dando cuenta hasta que jugamos con Rosario Central, pasamos contra River y ya contra Boca, llegamos un poco más relajados, porque al final éramos el caballo negro del certamen, no teníamos nada que perder, y mucho que ganar”, dijo Gutiérrez.
A lo que Melvin Brown coincidió: “No entendíamos en donde estábamos parados, te soy sincero, no sabíamos que era una final de Copa Libertadores, que es muy importante para todos los equipos sudamericanos”.
La ‘Vitola’ recordó: “Los que más nos presionaban eran los extranjeros, porque ellos ya habían jugado la libertadores, pero nosotros lo agarrábamos de cotorreo, ellos nos decían la concha de su madre, no se vayan a cagar”.
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Pero el Conejo Pérez y los jugadores experimentados les daban confianza: “Tratábamos de acompañarlos de esa manera, poniéndoles panoramas que ya teníamos los de experiencia, sabíamos cómo era, sabíamos que la gente allá hace su parte fuera de la cancha, ellos lo asumieron y se comportaron a la altura, sacaron lo mejor de cada uno”.
24 años después Víctor Gutiérrez lo entendió “Ahorita nos damos cuenta que jugamos a un gran nivel, jugamos contra el mejor Boca Juniors de la historia y contra el mejor jugador, el último 10 de Argentina y apenas nos dimos cuenta, nosotros ni siquiera nos damos cuenta los que jugamos de lo que hicimos o que logramos, y apenas me cayó el 20”.
La Ida en el Azteca
El 20 de junio de 2001 el Estadio Azteca vivió su primera y única final de Copa Libertadores, ante 110 mil espectadores que pintaron el coloso de Santa Úrsula de Celeste. A pesar de tener un escenario pletórico la Máquina perdió 0-1 ante Boca, con gol del ‘Chelo’ Delgado.
“Se siente maravilloso, el simple hecho de estar concentrado y pensar que la gente te está esperando, que tienes que jugar un partido perfecto. Quedamos a deber mucho, de ser muy respetuosos contra Boca, el no proponer como lo veníamos haciendo en todos los partidos, tanto de ida y vuelta, eso fue lo que nos pasó factura contra un equipo que ya había jugado una final, con un gran portero, con un enganche que realmente no se la quitabas entre tres”, rememoró la Vitola.
La vuelta en la Bombonera, una guerra
El 28 de junio de 2001, Cruz Azul viajó a Argentina para disputar la final de vuelta en un escenario espectacular como la Bombonera, donde la Máquina tendría una guerra ante Boca en busca de hacer historia.
“Jugar en la Bombonera, contra su gente, hacen una fiesta, fiesta distinta y diferente a la que hay en otros países, son apasionados, se entregan a su equipo a muerte”, comentó el Conejo.
Una experiencia diferente experimentaron los jóvenes como Gutiérrez: “Vivimos otro tipo de escenario, ya estábamos muy resguardados, no podíamos salir, no podíamos recibir nada de alimentos, nada de regalos de la afición, la prensa argentina siempre nos apabullaba mucho con el estadio donde había jugado Diego Armando Maradona. Jugara quien jugara íbamos a jugar de tú a tú, no nos importaba el nombre del jugador o persona”.
El gol de Palencia, la esperanza
Con las emociones a tope, en un territorio diferente y hostil, Cruz Azul dio esperanza en los últimos minutos del primer tiempo, tras un tiro de esquina que cobró Pinheiro, a primer poste apareció Cardozo que en dos tiempos sacó un tiro-centro que le cayó a Palencia para empujarla al fondo de la red, el gol silenció la bombonera y devolvió la ilusión a la Máquina y a los mexicanos con el global empatado 1-1.
“La verdadera euforia, alegría, era el pensar que estábamos muy cerca de lograr algo que parecía imposible”, dijo Brown y la Vitola añadió “Ahí ya tenía el partido en nuestras manos, el equipo siempre llegó a proponer, somos de los pocos equipos que hemos silenciado ese magnífico templo, la Bombonera”.
El gas lacrimógeno que cortó el ritmo
Con las revoluciones a tope y con un Cruz Azul volcado al frente, con ganas de hacer historia, un momento digno de las artimañas de la Conmebol apareció de repente, una nube de gas lacrimógeno cubrió parte de la Bombonera y bajó el ritmo Celeste.
“Sí nos mataron el ritmo, porque prácticamente los tenemos en su cancha. Cuando avientan el gas lacrimógeno, realmente no estábamos acostumbrados a ese tipo de escenarios, donde empieza a picar la garganta, los ojos, fue de repente”, señaló el camiseta 5 de aquel Cruz Azul.
La tanda de penales
Con el empate a uno, la final se definió desde el manchón penal y ahí, Boca se llevó un susto, pero apagó las ilusiones Celestes: Riquelme marcó, Palencia respondió. Serna amplió la ventaja, los nervios llegaron a Galdames y erró, Chelo Delgado anotó, pero José Alberto Hernández falló, al igual que el ‘Patrón’ Bermudez; finalmente Pinheiro no pudo y estrelló el cobro en el travesaño para darle a Boca Junior el título de campeón de la Copa Libertadores.
Cruz Azul estuvo cerca de hacer historia, fue finalista, se ganó el respeto y admiración de todos hace 24 años, con la final de la Libertadores 2001.
“Orgulloso pero un poco nostálgico, porque si la gente nos recuerda después de 24 años que hicimos un gran papel, hubiera sido maravilloso seguir viviendo de la copa libertadores, pero como campeón, creo que las letras de oro fueron las que nos faltaron, porque realmente fueron de plata”, sentenció la Vitola.
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