Inundaciones históricas en Asia provocan tragedia con más de mil muertos
Autoridades y organizaciones de ayuda trabajan a contrarreloj para apoyar a miles de personas afectadas por las históricas inundaciones en Indonesia y Sri Lanka.
Gobiernos, fuerzas armadas y organizaciones de ayuda en Indonesia y Sri Lanka intentan prestar asistencia a las miles de personas afectadas por las devastadoras inundaciones que han dejado más de 1,300 muertos en varias partes de Asia.
Una torrencial temporada monzónica, junto con dos ciclones tropicales, provocó la semana pasada fuertes lluvias en Sri Lanka, partes de la isla indonesia de Sumatra, el sur de Tailandia y el norte de Malasia.
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El cambio climático ha generado precipitaciones más intensas en los últimos años, ya que una atmósfera más cálida retiene más humedad y el incremento en la temperatura de los océanos contribuye a intensificar las tormentas.
Un análisis, basado en datos meteorológicos del gobierno estadounidense, mostró que varias regiones de Asia afectadas por las inundaciones registraron las mayores cantidades de lluvia para un mes de noviembre desde 2012.
Las aguas han retrocedido en gran medida, pero la devastación ha dejado a cientos de miles de personas viviendo en refugios y luchando por obtener agua potable y alimentos.
En la provincia indonesia de Aceh, una de las regiones más afectadas, los pobladores dijeron que quienes pueden permitírselo están acumulando provisiones.
“El acceso por carretera está prácticamente cortado en las zonas afectadas por las inundaciones”, aseguró Erna Mardhiah, de 29 años, mientras hacía fila durante dos horas en una gasolinera de Banda Aceh.
“La gente está preocupada por quedarse sin combustible”, añadió, y advirtió que los precios de los alimentos han aumentado debido a que “la gente está comprando compulsivamente”.
El gobierno indonesio anunció el lunes el envío de 34,000 toneladas de arroz y 6.8 millones de litros de aceite de cocina a las provincias de Aceh, Sumatra del Norte y Sumatra Occidental, las más golpeadas.
Sin embargo, Alfian, residente de Banda Aceh, declaró que el gobierno ha sido “muy lento, especialmente a la hora de garantizar las necesidades básicas”.
En toda la isla de Sumatra, el balance de víctimas subió este martes a 712 muertos y al menos 500 desaparecidos, informó la agencia de gestión de catástrofes. Además, unas 1.2 millones de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares.
Las organizaciones de ayuda afirmaron que trabajan a marchas forzadas para llevar suministros a las zonas afectadas, ya que los mercados locales se están quedando sin productos esenciales.
“Las comunidades en todo Aceh están en grave riesgo de escasez de alimentos y hambre si no se restablecen las líneas de suministro en los próximos siete días”, advirtió la organización Islamic Relief.
Un cargamento de 12 toneladas de alimentos enviado por la organización, a bordo de un buque de la Armada indonesia, debía llegar a Aceh el martes.
Los sobrevivientes han descrito olas aterradoras que llegaron sin previo aviso. En Aceh Oriental, Zamzami, quien, como muchos indonesios, se identifica solo con un nombre, dijo que las aguas eran “imparables, como una ola de tsunami”.
El sistema meteorológico que inundó Indonesia también provocó fuertes lluvias en el sur de Tailandia, donde al menos 176 personas perdieron la vida en uno de los fenómenos climáticos más mortales en una década. En la vecina Malasia fallecieron dos personas.
Otra tormenta generó intensas lluvias en Sri Lanka, lo que desencadenó crecidas repentinas y aludes que dejaron al menos 410 muertos.
Un total de 336 personas siguen desaparecidas, aunque un funcionario de la ciudad central de Welimada dijo a la prensa que espera que el número de víctimas aumente, ya que su personal excava en el barro en busca de habitantes sepultados por los deslizamientos.
El presidente Anura Kumara Dissanayake declaró el estado de emergencia para hacer frente a lo que calificó como “el desastre natural más difícil” en la historia del país. A diferencia de su homólogo indonesio, pidió ayuda internacional.
La Fuerza Aérea esrilanquesa, con el apoyo de sus homólogos de India y Pakistán, ha evacuado a residentes atrapados y entregado alimentos y otros suministros.
Mientras tanto, en la capital, Colombo, las aguas de la inundación retrocedían lentamente el martes.
“Todos los años sufrimos pequeñas inundaciones, pero esto es otra cosa”, aseguró el repartidor Dinusha Sanjaya.
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Las lluvias han disminuido en todo el país, pero las alertas por aludes continúan vigentes en gran parte de la región central, la más afectada, según las autoridades.
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