¿Por qué el oro es tan valioso y es un activo refugio?

Desde hace siglos, el oro ha sido el principal activo referente ante escenarios de inestabilidad económica dada su capacidad para preservar su valor. En efecto, y tras los actuales factores macroeconómicos y financieros, como lo es la guerra arancelaria de Trump y las tensiones geopolíticas entre Ucrania, la UE y Rusia, han apreciado la cotización del oro, el cual se estima que pudiese alcanzar los 3.500 USD por onza al finalizar el 2025. Sin embargo, y tal como comenta el experto en finanzas, Javi Linares, en su blog, el oro no debe ser el único camino para refugiarse ante períodos de inestabilidad económica, pues para poder hacer frente eficazmente a estos escenarios se requiere tener una cartera diversificada de inversiones.

¿En qué radica la fortaleza del oro?

Cuando surge o se vislumbra una inminente inestabilidad económica, el oro surge como la opción predilecta para refugiarse. ¿Por qué ocurre esto? La razón principal se debe a que este activo no está vinculado a ningún tipo de deudas y su precio no está atado a ninguna moneda fiduciaria como tal. También está el hecho de que su producción es limitada, lo que contribuye a su revalorización. Otro punto a destacar del oro es que, al tener una baja correlación con otros activos financieros, como la renta variable o la renta fija, lo hace también un activo idóneo para diversificar la cartera de inversión. Todas estas características anteriormente descritas hacen que el oro sea percibido como una reserva de valor universal y, por lo tanto, le brinda capacidad para mantener o incrementar su valor en tiempos de crisis.

Otros activos que brindan un buen refugio ante escenarios de inestabilidad

Si bien el oro es el activo refugio por excelencia, existen también otros activos que desempeñan un papel vital a la hora de buscar refugio ante alguna inestabilidad económica. La plata, es otro activo que comparte muchas características con el oro, aunque es más volátil debido a su uso industrial. En 2025, la plata ha mostrado en muchas ocasiones movimientos similares al oro, aunque con oscilaciones más pronunciadas, lo que la hace atractiva para inversores dispuestos a asumir mayor riesgo. Los bonos del Tesoro de países con economías estables, como Estados Unidos o los países de la UE, son otra opción válida, ya que ofrecen seguridad y liquidez, aunque su atractivo ha ido disminuyendo dado los actuales contextos inflacionarios y tasas de interés variables. Las criptomonedas, especialmente el Bitcoin, han emergido como un activo refugio alternativo, gracias a su descentralización y oferta limitada de 21 millones de unidades. Sin embargo, su alta volatilidad y riesgos regulatorios lo hacen más adecuado para inversores con un horizonte temporal de corto a mediano plazo.

La importancia de tener una cartera diversificada

La diversificación es una estrategia fundamental para mitigar los riesgos en un entorno económico volátil. Una cartera bien equilibrada, que combine activos como materia prima (oro, café, plata, cobre…), acciones de empresas y criptomonedas, permite reducir la exposición a los riesgos de fluctuaciones que se correría si se tiene solo una inversión en un solo mercado. La recomendación es asignar entre un 5% y un 10% de la cartera al oro para aprovechar su capacidad de cobertura contra la inflación y la volatilidad, mientras que activos como la renta fija y las acciones de empresas sólidas pueden proporcionar estabilidad y crecimiento a largo plazo. La inclusión de activos digitales, como Bitcoin, en una proporción de 2% a 5%, puede mejorar el ratio de Sharpe, optimizando la relación riesgo-rendimiento.