Tras la fuerte explosión en un domicilio dedicado a la fabricación de cohetes, la estructura de este mismo fue afectada, al igual que el de viviendas cercanas.
A pesar de la prohibición de venta y quema de juegos pirotécnicos establecida por la Ley Ambiental de la Ciudad de México, varios puestos ambulantes continuaban comercializando estos productos en el centro de Coyoacán