El hombre radicaba formalmente en Hawái, en los Estados Unidos, donde también viven sus hijas; sin embargo, viajaba constantemente a tierras tapatías, donde también tenía patrimonios.
La situación escala cuando el taxista intenta arrebatarle el teléfono al hombre que grababa, lo que provoca que un testigo intervenga para recriminar la actitud del hombre.
El hombre estuvo prófugo de la justicia por cuatro años. Sin embargo, tras una investigación exhaustiva, elementos de la fiscalía lograron ubicarlo en el municipio de Chicomuselo, Chiapas.
El detenido cuenta con antecedentes relacionados con abusos sexuales, motivo por el cual se había emitido una orden de aprehensión vigente en su contra.