Con solo 20 años de edad, María Isabel se encontraba dentro del establecimiento cuando, presuntamente, una falla en un transformador eléctrico desencadenó una poderosa explosión.
Pese al caos, la joven no dudó en arriesgarse para socorrer a una de las víctimas que se encontraba atrapada entre la densa humareda y el avance de las llamas.
Johana, alumna de tercer semestre de la carrera de Negocios Internacionales, era descrita por sus amigas como una joven de calificaciones de 100, siempre dispuesta a ayudar y con una alegría que contagiaba en sus aulas.