Las restricciones, que no incluyen provisiones para ayudar a los pobres, “podría afectarnos mucho mucho”, dijo Lola Castro, directora regional del Programa Mundial de Alimentos de la ONU.
La mujer confesó que la muerte de su hija fue en su casa a causa de una asfixia, aunque intentó resucitarla, no lo logró. Para evitar cargos, decidió fingir el secuestro.
Directivos del diario denunciaron que fueron sometidos a una “censura de facto” y a una “asfixia económica”, en aparente represalia por su posición crítica contra el presidente Daniel Ortega.