Las megaobras de Moreno Valle en Puebla se apagan entre el desuso y deudas millonarias heredadas
Las obras que el exgobernador panista alguna vez presumió como símbolo de progreso se exhiben como emblemas de opacidad, algunas inservibles y otras que ya ni siquiera existen.
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Muchas de las obras del morenovallismo fueron posibles por deuda adquirida a los siguientes gobiernos estatales / Diseño: Samantha Martz
"Siempre creí que el cambio es posible y en Puebla, ya comenzó”, celebró Rafael Moreno Valle Rosas aquella tarde del domingo 15 de enero de 2017, al rendir su último informe como gobernador, día en que aseguró que las obras de su administración no dejaban deudas a futuro.
Con miras a obtener la candidatura a la presidencia de la República, en esa fecha el panista destacó en el auditorio de Ciudad Modelo —hoy rebautizada como Capital de la Tecnología y la Sostenibilidad— que las inversiones de su gobierno en materia de infraestructura alcanzaron los 72 mil 500 millones de pesos.
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El otrora senador —fallecido el 24 de diciembre de 2018 al caer el helicóptero en que viajaba junto a su esposa, la entonces gobernadora Martha Erika Alonso— también recordó el sello de sus megaobras: el Museo Internacional del Barroco (MIB), el Centro Integral de Servicios (CIS) y la Estrella de Puebla, todos ellos en Angelópolis, la zona más exclusiva de la capital del estado; además del Teleférico que va de norte a sur sobre los Fuertes de Loreto y Guadalupe, el espacio que el 5 de mayo de 1862 fue escenario de la legendaria Batalla de Puebla.
Lo que no destacó fue que todos esos proyectos se concretaron a través de Asociaciones Público-Privadas (APP) o Proyectos de Prestación de Servicios (PPS) por hasta ocho mil 194 millones de pesos, un tipo de deuda adquirida que los siguientes gobiernos estatales debían cubrir con pagos anuales hasta mayo de 2039, en algunos casos.
Así, lo que en su momento se presentó como símbolo del “progreso” y la modernización de Puebla terminó por convertirse en una pesada carga para las finanzas públicas. Además, muchas de las obras estrella del morenovallismo cayeron en desuso o están fuera de operación, obligando a las administraciones posteriores a destinar cientos de millones de pesos en mantenimiento, renegociaciones o intentos fallidos de rescate.
Lo que debía ser un legado de infraestructura moderna ha resultado ser, en muchos casos, una cadena de gastos perpetuos, con poco o nulo beneficio social.
Alejandro Armenta plantea renegociación de deuda por obras del morenovallismo en Puebla
Ocho años después del discurso triunfalista de Rafael Moreno Valle, el ahora gobernador de Puebla, Alejandro Armenta Mier, planteó y anunció la reestructuración de la deuda pública del estado, que hasta diciembre de 2024 ascendía a 4 mil 36 millones de pesos.
En enero pasado, el morenista habló sobre la "tragedia financiera" que la administración morenovallista causó a las finanzas estatales y buscó a Grupo Hermes para renegociar la deuda por la construcción del Museo Barroco, ya que el acuerdo inicial consideró un pago de 14 mil millones de pesos a liquidar en 23 años.
En su momento, Armenta aseguró que los empresarios reconocieron que el acuerdo era ventajoso y accedieron a la petición de estipular nuevas cláusulas para finiquitar la deuda por el Museo, que resultaría en 10 mil millones de pesos a pagar en plazos anuales hasta 2039.
No obstante, las negociaciones dejaron como resultado que el gobierno de Puebla solamente pague 2 mil millones de pesos, los cuales se cubrirán con un crédito bancario.
Pese a ello, el mandatario no ha tenido reparo en criticar este inmueble, ubicado sobre la Vía Atlixcáyotl, ya que recientemente lo catalogó como "un monumento a la corrupción”, al representar un costo de 523 millones de pesos al año al haber sido constituido a través de una APP.
En ese sentido, también descalificó al CIS de Angelópolis, un conjunto de edificios dedicado a albergar a todas las dependencias de la administración estatal y cuyo mantenimiento cuesta un millón de pesos al mes. Sentenció que cualquiera de sus megaobras, como el cablebús o el ecoparque en La Malinche, se realizarán "sin moches ni milpas".
"No estamos pensando en la obra que le deja más al gobernador, no tenemos complicidad ni compromiso con ninguna persona que se quiera enriquecer a costa del erario público. Quien lo haga, asumirá las consecuencias", expresó Armenta el pasado 22 de mayo.
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Teleférico, una "artesanía" entre las calles de Puebla
Las críticas del gobernador hacia los proyectos morenovallistas no se han limitado a los que se ubican en Angelópolis, sino también a otros que "afearon" zonas de monumentos históricos, como los Fuertes de Loreto y Guadalupe, donde se libró la batalla del 5 de mayo de 1862.
Muestra de ello es el Teleférico, que apenas ofrece un recorrido de 660 metros y, al cierre de esta edición, no se encuentra en operaciones por falta de mantenimiento e interés de los turistas para ocuparlo.
Ante dicho escenario Armenta indicó que la estructura será removida, ya que el gobierno estatal pierde hasta 1.5 millones de euros al año —es decir, 26.4 millones de pesos al tipo de cambio actual— en acciones de mantenimiento para un modelo al que calificó como "una artesanía”, porque se trata de un prototipo sin piezas para refacciones.
Reveló que desmontar y colocar en otro sitio el teleférico tiene un costo aproximado de 3.5 millones de euros —77 millones de pesos—, por lo que se buscará que la empresa a cargo de construir la Línea 1 del cablebús apoye en dichas labores para reducir el gasto.
"Es una artesanía, es una pieza única, que si le queremos dar mantenimiento porque estamos obligados, tenemos que mandar a hacer las piezas porque no hay en serie y eso cuesta millonadas. Lo mismo pasó con el Tren Turístico (a Cholula)", acusó.
Al considerar los casos expuestos, el 5 de junio pasado Armenta solicitó a la Fiscalía General del Estado (FGE) y a las secretarías de Planeación, Finanzas y Administración (SPFA), y de Anticorrupción y Buen Gobierno (SABG), iniciar una investigación contra funcionarios morenovallistas que autorizaron la ejecución de esos proyectos con esa clase de condiciones.
"Que los responsables, si siguen vivos, se actúe, porque ya estuvo bien de que todavía sigan saqueando y sigan recibiendo beneficios”, sentenció.
Bajo la lupa, otras obras del morenovallismo
Las obras ya mencionadas no son las únicas del periodo de Rafael Moreno Valle que han sido cuestionadas por gobiernos morenistas, ya que en las administraciones de Miguel Barbosa Huerta y Sergio Salomón Céspedes Peregrina se iniciaron investigaciones por otros proyectos.
Uno de ellos fue el Tren Turístico Puebla-Cholula que inició operaciones en enero de 2017 y menos de cinco años después fue retirado por los altos costos que requería su operación, ya que por cada viaje de una persona el gobierno estatal subsidiaba mil 500 pesos extra.
Cuando la obra fue presentada se planteó una inversión de 800 millones de pesos; sin embargo, el gasto del proyecto alcanzó los mil 113 millones y, después de su inauguración, pocos eran los poblanos y turistas que usaban el tren.
“No hay proyecto, no es viable, no es posible. Hay muchas necesidades para mantener un asunto completamente equivocado y mal planeado”, explicó Miguel Barbosa en conferencia de prensa el 18 de noviembre de 2021.
En ese entonces, explicó que el gobierno de Puebla destinó 344.2 millones de pesos para gastos de funcionamiento del Tren Turístico, mientras que los ingresos por taquilla apenas alcanzaron los 4.9 millones de pesos, lo que representó pérdidas por 339.3 millones de pesos.
La extinción del proyecto finalmente llegó en febrero de 2024, ya con Sergio Céspedes como gobernador, quien ofreció los vagones del Tren Turístico a la Secretaría de Marina y ésta entregó un pago por 198 millones de pesos.
La Constancia y sus millones en remodelación
Otro inmueble que sufrió un cambio de imagen durante el morenovallismo fue la Ex Hacienda La Constancia Mexicana, que pasó de ser una fábrica textil a un conjunto de museos: del Automóvil de Puebla, de la Música Mexicana Rafael Tovar y de Teresa, Casa de la Música de Viena, Casa del Infante, del Títere y Paseo de Gigantes.
Durante su gobierno, Moreno Valle destinó 324.8 millones de pesos para el conjunto ubicado sobre el bulevar Hermanos Serdán, en el norponiente de la capital del estado. Sin embargo, en 2021 el desbordamiento del río Atoyac causó que la mayor parte del inmueble se inundara, lo que requirió nuevas intervenciones.
La gestión barbosista apenas intentó recuperarlo con 1.2 millones, mientras que la de Sergio Céspedes ocupó 58.4 millones. No obstante, dichos montos seguirán acumulándose, porque el gobernador Alejandro Armenta anunció en febrero pasado la conversión del Complejo Museístico La Constancia Mexicana en el Museo Textil.
Además, acusó que en la ejecución de las obras hubo actos irregulares, pero a diferencia de los proyectos anteriores en esta ocasión los señalamientos apuntaron hacia el gobierno de Miguel Barbosa Huerta.
"Mi pecho no es bodega. Hubo corrupción, se investiga. No hay persecución, pero tampoco hay omisión. Quien cometió fraudes, delitos o actos irregulares, se va a actuar. No somos tapadera de nadie", declaró.
Apenas el miércoles pasado Armenta reveló que la deuda por las obras estrella del morenovallismo podría ascender a 17 mil millones de pesos. Ese día, desde la Ciudad de México, celebró la cancelación de la deuda del Museo Barroco, la cual —aseguró— de haberse mantenido habría endeudado a dos administraciones más. Explicó que en su gestión continuarán las investigaciones para esclarecer el resto de los compromisos financieros.
“Logramos la cancelación de una deuda monstruosa que puede ser calificada como el saqueo del siglo, porque a través de estos supuestos compromisos financieros a los poblanos se nos engañó durante varias décadas, haciéndonos creer que no había deudas cuando hubo una deuda de cerca de 50 mil millones de pesos", enfatizó.
En Puebla, las megaobras del pasado se exhiben hoy como emblemas de opacidad y desproporción, cuya carga económica podría ser heredada por al menos dos generaciones más de ciudadanos.
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