Todo libro es un viaje, sólo hay que saber cómo empezar la aventura

Decía Borges, uno de los grandes escritores de la literatura latinoamericana y universal, que solamente había 3 libros que uno podría leer y olvidarse de todo.

Estos 3 libros eran La Biblia, El Quijote y, por supuesto, Las Mil y Una Noches.

Cuando queremos empezar a leer, por lo general, la gente no se pregunta, o más bien se pregunta cuáles son los libros con los que puedes empezar y hay muchas reflexiones, muchos consejos y muchas recomendaciones.

Pero yo les diría, vayan a lo clásico, vayan a los libros que ya sabemos que van a generar emoción, que van a generar conocimiento, que van a generar, no solamente esto, sino también la posibilidad de acercarnos a mundos distintos.

La Biblia, por supuesto, es un libro que, aunque la gente dice que lee, yo creo que no lee.

Pero si tuviera que escoger un fragmento de la biblia que a mí más me gustara, yo escogería la parte de la historia de los reyes de Judea y de Israel, esa parte con batallas, con conquistas, con traiciones, me parece que es una forma fundamental de conocer el mundo.

Si tuviéramos que leer, por ejemplo, El Quijote, yo no te leería tal vez todo, me detendría solamente en la escena en la cual el Quijote llega a una posada y es por el posadero de sus hijas, de pronto, sale en aires y todo mundo se ríe.

Lo que la gente no sabe es que el Quijote, si bien tiene ciertas particularidades con el español, puesto que es un español de hace 500 años, es uno de los libros más divertidos que se han escrito en nuestro mundo y en nuestro idioma.

Y finalmente, si yo tuviera que leer Las Mil y Una Noches, me detendría, por sobre todas las cosas, en los viajes de Zinbad el marino.

¿Por qué? Porque todo libro es un poco como un viaje, todo libro es también una aventura que uno toma y que tiene que resolver y tiene que enfrentarse a estos demonios, a estos genios, a estos seres mitológicos.

Y estos seres mitológicos no son otra cosa que nuestra propia naturaleza, con nuestro propio tedio, nuestro propio deseo a veces de no leer y yo les recomiendo que vayan a lo clásico.

No se preocupen en leer literatura contemporánea o literatura de otras naciones, vayan a lo que ya todo mundo sabe que es emocionante, a estos libros que, por algo, son parte de la historia de la humanidad.