¿Aberrante, cochino?
- Vertebral
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Ángel Carrillo
Este 28 de junio, la comunidad LGBTQ+ conmemoró la fecha a su manera, como es costumbre, en medio de algarabía, carnaval, fiesta y medio del jolgorio, en el espacio informativo Telediario recibimos a Edith Alejandra, una mujer trans que decidió compartir su cruda experiencia.
Todas y todos tienen el común denominador de que siempre supieron de su orientación sexual, pero el flagrante temor al juicio social los orilló - en su momento - a no tener las agallas para enfrentar la implacable e inquisitiva sociedad normal.
Los bemoles del tema existen y hay que reconocerlos, hay yerros que la comunidad debe asumir como el de la imposición de más de 30 identidades del colectivo, los colores, las banderas, los extravagantes pronunciamientos, pero creo que los esfuerzos y las conciliaciones sociales deberían estar enfocadas en los derechos humanos, ahí radica el antes y el después en cualquier tipo de debate de género:
Respeto e igualdad y la sociedad, de la sociedad pues qué le puedo decir.
Durante la entrevista con Edith Alejandra, una mujer entrada en años y de aspecto cansado de avanzar a contracorriente, porque a pesar de poseer dos títulos universitario, alega que en el terreno laboral, los integrantes de la comunidad no tienen las mismas oportunidades, estudió Ciencias de la Comunicación, Administración de Empresas Turísticas y cuando decidió salir del closet, todo cambió.
Llegó a aquella entrevista en la aerolínea como Edith Alejandra pero no le dieron el puesto, a pesar de que contaba con todos los requisitos que planteaba el perfil y al final ni siquiera quisieron tomarle las llamadas, todo por su aspecto físico.
Lo que ocupa en esta ocasión es el discurso de odio que todavía tenemos tatuado, que tristeza fue leer los comentarios que a través de redes sociales llegaron al informativo, ese mensaje en lo particular, ese de:
"Ángel, mientras sigan con esa aberrante propaganda gay, mi familia y yo nos retiramos de tu audiencia, mujer es mujer, hombre es hombre, respeta la familia tradicional y las buenas costumbres, no nos impongas aberraciones y quién se creen para tomar los hermosos colores del arcoíris para simbolizar su cochino y antinatural movimiento", pero quién habló de la familia o de buenas costumbres, en todo caso considero que el único y real objetivo de la comunidad, es el respeto.
Porque quien le asegura que alguno de los integrantes de nuestras familias pudiera tener preferencias sexuales distintas, la pregunta que le dejo sobre la mesa es ¿Le gustaría que tacharan a su hijo, hija, hermano, tío o sobrino de aberrante y cochino?
angel.carrillo@multimedios.com
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