Sheinbaum paga el precio de la herencia de AMLO: crisis y corrupción

Andrés Manuel López Obrador le dejó a la presidenta Claudia Sheinbaum muchos problemas, pero ella no lo quiere decir por la lealtad y la admiración que le tiene al expresidente y su mentor.

Sin embargo, estoy seguro que en su fuero interno debe lamentar, digamos así, el tiradero que le dejó, porque las consecuencias las carga ella. 

La crisis financiera, se gastó mucho dinero, todos los ahorros de los fideicomisos, se endeudó mucho al final del sexenio, la crisis aeroportuaria, por estar presionando para levantar al AIFA, que no despegaba, digámoslo metafóricamente, forzó a que aviones de carga aterrizaran allá en Santa Lucía, y hoy el gobierno de Estados Unidos cancela 13 rutas de aerolíneas mexicanas, que parten de ahí, del AIFA. 

En fin, y lo más grave, los dos escándalos de corrupción que explotaron recientemente: el de la 'barredora' y el del 'huachicol' fiscal.

Yo entiendo que la presidenta le guarde respeto, que no quiera, digamos, dañar a su predecesor, pero esto ya no es un asunto personal, aunque le deba la presidencia, esto es un asunto nacional, del país, al que le hace daño a México. 

Y si ella no quiere, por ejemplo, procesar a los exsecretarios de la Marina y de Gobernación, como López Obrador, que están involucrados en esos escándalos de corrupción, pues va a parecer que lo está encubriendo, y va a pagar una factura alta. 

Esa frase que dice en su nuevo libro, Claudia Sheinbaum, de que "nunca encontrarán algo que vincule a López Obrador con la corrupción", pues no suena a vaticinio, suena a una orden, a una instrucción.