Pese a su partida, Rosa Velia sigue recordando a su esposo con el mismo amor
Sola, como padre y madre, Rosa Velia ha salido adelante con sus tres hijos y sigue recordando a su gran amor, quien falleció hace varios años.
MONTERREY.- La ausencia no acaba con el amor.
Hace diez años que Adalberto Cinta Jhonson partió al cielo, y cada día su esposa, Rosa Velia Manzano Ortiz, lo ve en sus hijos.
La Historia de Rosa Velia y Adalberto era un cuento de hadas. Lo conoció un día que, con una amiga, fue a bailar salsa. De origen cubano, Adalberto tenía una cadencia al bailar que la cautivó cuando la invitó, a pesar de ser 10 años mayor.
Fue un noviazgo corto, vinieron los hijos. Adalberto, que vino a México como entrenador de la Selección Nacional de Remo y Canotaje, trabajaba un día cuando un desmayo le quitó la conciencia para siempre. Tras dos meses en coma, falleció. Rosa Velia estaba embarazada de su hija Frida.
La vida cambio. Fue un proceso de duelo donde el miedo era mayor que el dolor.
La ausencia del ser amado no apaga el amor. Hay fechas difíciles, como el día del Padre, pero han aprendido a sentirlo de una manera distinta en fechas especiales.
Sola, como padre y madre, Rosa Velia ha salido adelante con sus tres hijos, Adal Xavier, Frida Sarahí y José Miguel. Hace cuatro años, cuando llevaban las cenizas de Adalberto a Cuba, sufrieron un accidente donde murió el mejor amigo de Adalberto, a ella la dejó con fracturas múltiples en sus piernas.
Rosa Velia no se siente sola. El amor de su vida no está físicamente con sus hijos y ella, pero sienten su presencia, y eso le hace comprender que a través de ellos la vida trasciende más allá de la muerte física de los seres amados.
mvls
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