Jóvenes pierden la alegría de vivir al ser víctimas de bullying

Existen varios indicadores que sirven para identificar si un joven está siendo víctima de intimidación o mejor conocido como bullying.

 El no querer ir a la escuela, a las reuniones, o acciones tan sencillas como lo es no contestar el teléfono son algunas de las características que podrían determinar cuando estos jóvenes “pierden la alegría de vivir” y están pasando una de las peores pesadillas de su vida y creen que una de las mejores alternativas es el suicidio.

“Los chicos tienden a ir perdiendo su seguridad, su estabilidad emocional, aprenden a descalificarse en automático, a irse sintiendo menos, a irse sintiendo chiquitos cada vez y a estar permitiendo constantemente, a ser agredidos y violentados por otras personas por otros compañeros ya sean en  individual o en grupo esto, esto  se da delimitadamente”, dijo Blanca Elena García, psicóloga.

Especialistas señalan que en esta historia la víctima no es la única persona que sufre, pues la mayoría de  las veces los niños violentos también viven el mismo panorama en casa.

 “O no son vistos por los papás y tienden asuntos de mucho enojo social, de mucho enojo familiar mal manejada y los que son víctimas no se entrevén muchas veces porque son amenazados, muchas ocasiones hacen el silencio por proteger a los suyos o por protegerse asimismo porque son muy constantemente violentados o amenazados de que los lastimen a ellos o a los suyos”.

El tratamiento que recibe el joven violentado, consiste en ir identificando su propia confianza y la capacidad, poner límites, defenderse y sobre todo a quién recurrir.

 “No nada más que instancias legales sino a sus personas de confianza que no van a ser juzgados por esto no va nada más agredidos por la razón porque hay diversas formas de reaccionar de los padres, también de las personas más cercanas a estos jóvenes solamente diciéndole pues defiéndete, y muchas veces a la personita no le alcanza para eso y entonces, es seguir recorriendo poco a poco a su propia fortaleza a su capacidad de defenderse y sobretodo siempre que hacer aquí”.

Otra de las alternativas es acudir a centros comunitarios que ofrecen ayuda mediante cuotas de recuperación, esta ayuda consiste en acompañamiento, apoyo terapéutico y permitir a los pacientes, estar mejor.