Tres generaciones de relojeros han mantenido este oficio vivo en Gómez Palacio

Vicente García Antúnez es relojero desde hace ya 30 años. Inició con esta labor a los 16 años de edad, luego de que su papá Manuel García le enseñara este oficio.

Vicente ha dedicado gran parte de su vida a reparar joyería y relojes. Todo comenzó como un juego, pero en el año de 1979 fue cuando por fin pudieron tener su primer local en la zona centro de la ciudad de Gómez Palacio.

Para llegar a ser relojero, se requieren de varias habilidades y aptitudes, una de ellas la honradez, además de ser paciente y muy dedicado al oficio, pues al inicio había ocasiones en las que Vicente se estresaba.

La vida le permitió ser padre y ahora sus hijos son quienes le ayudan cuando debe salir de la ciudad. Ellos se quedan al mando al negocio.

Desde hace 30 años a la fecha, la demanda por la reparación de relojes ha disminuido, pues el número de personas que utilizan este artefacto es menor y ya no se preocupan por darle mantenimiento a las piezas.

Ahora ha tenido que introducir otros artículos para sostener a su familia, por lo que las bajas ventas no los lleven a la quiebra.

Vicente detalló que hubo momentos difíciles para los relojeros luego de la época de inseguridad que se registró en la Comarca Lagunera.

Finalmente reconoció que aunque sean pocos, siempre habrá la necesidad de un relojero, pues además son personas que han dedicado décadas de su vida al mantenimiento y reparación de piezas que para muchas personas son tesoros invaluables.