Cualquier ‘foto o video íntimo’ siempre será difundido

A días de finalizar el 2020, el actor de novelas, Gabriel Soto, se vio envuelto en la polémica del video sexual; noticia que gracias a las redes sociales se difundió por todo internet.

Y no fue el primero y seguramente no será el último famoso que sufra esta violación a la intimidad. Gabriel hizo algo que todos los seres humanos realizamos y disfrutamos: tener sexo, ya sea acompañados o solos.

Pero el actor no sólo desnudó su cuerpo, sino que desnudó el gran morbo que, como seres humanos, sin excepción, poseemos.

Lo que encendió las alarmas fue que gran número de publicaciones hechas sobre el tema fueron de mujeres, quienes también celebraron en su momento la aprobación de la Ley Olimpia.

Inmediatamente como buenos mexicanos comenzamos a realizar memes, compartir chistes y más, por lo que las opiniones quedaron divididas en redes sociales.

Por un lado, estaban quienes apoyaban la difusión del video y de los memes que nacieron de ello, y por el otro las personas que afirmaban que seas hombre o mujer mereces respeto a la intimidad.

Las personas que estaban a favor de la difusión, justificaron diciendo que el actor tuvo los reflectores para defenderse por ser una figura pública.

Lo que sí está claro es que sea un video de hombre o de mujer, siempre alguien buscará verlo y difundirlo, porque no es hasta que nos ocurre a nosotros o a alguien de nuestro círculo social que entendemos lo vulnerable de la situación.

La pregunta del millón es ¿Hiciste bien en ver o compartir el video? Evidentemente NO, pero… Qué más da, ¿No? Seguro que algunas mujeres y hombres pensaron así. Es ahí cuando nos podemos dar cuenta lo normalizado que tenemos la violencia digital, que abarca violación a la privacidad y más.

Y efectivamente, las mujeres son más vulnerables a estas situaciones, sin embargo, los hombres no están exentos.

Más que claro quedó la doble moral de los mexicanos ante estos temas, porque así somos, es la naturaleza, el hablar y sentirnos con el derecho y deber de opinar sobre la vida de los demás.