A 4 meses del asesinato de Astrid en Zapopan, su niña vive marcada por el miedo: “mi hija llora por su madre”
Han pasado más de cuatro meses del crimen, pero el presunto agresor sigue prófugo mientras la menor enfrenta graves secuelas físicas y emocionales.
Más de cuatro meses después del feminicidio de Astrid Cruz, de 37 años, y su hijo adolescente de 16, la herida sigue abierta para la familia que dejó atrás el brutal ataque ocurrido el 3 de marzo en un fraccionamiento de Zapopan.
Eduardo 'N', ex pareja de Astrid y principal sospechoso, los asesinó a martillazos en su propio hogar y atacó también a la hija menor de la mujer, una niña de apenas 9 años, quien milagrosamente sobrevivió.
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Hoy, la menor lucha por recomponerse no solo de las graves lesiones físicas que sufrió, sino también de las profundas secuelas emocionales que le dejó el ataque.
Su padre, Francisco Armenta Costa, se ha convertido en su cuidador a tiempo completo en Salamanca, Guanajuato. Mientras tanto, el presunto feminicida sigue sin ser localizado, pese a la información proporcionada por la familia a las autoridades.
¿Qué secuelas a vivido la hija de Astrid tras su asesinato?
Durante la agresión, la niña fue golpeada brutalmente. Actualmente, aunque ha mostrado avances médicos importantes, continúa en proceso de rehabilitación.
“Gracias a Dios, la niña está muy bien. Físicamente va muy bien, con terapias en su carita que le quedó con algunas secuelas… su mente muy bien, lo único que se le dificulta un poquito es la cara”, compartió su padre.

No obstante, el mayor dolor no se ve. Francisco revela que su hija vive con miedo constante:
“Me dice: ‘Papá, tengo miedo que venga con una pistola y te haga algo’”.
El trauma psicológico, la pérdida de su madre y su hermano, y el temor persistente a que el agresor vuelva, son heridas que ningún tratamiento físico puede sanar por completo. Francisco también denunció la falta de atención institucional durante las primeras semanas tras el crimen.
“Yo hice todos los gastos, pero no me pesa, adoraba yo a mi hijo y adoro a mi hija”, dijo.
Aunque actualmente la menor recibe apoyo del DIF de Salamanca, el proceso ha sido desigual y tardío. Las consultas psicológicas iniciales corrieron por cuenta de Francisco, quien debió dejarlas por los altos costos al no poder trabajar.
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¿Qué avances hay en la captura del feminicida de Astrid?
A pesar del tiempo transcurrido, Eduardo 'N' sigue prófugo. La familia ha entregado a la Fiscalía datos específicos sobre su posible paradero, incluyendo ubicaciones en Veracruz y Manzanillo, y contactos relacionados con su vida pública y empresarial.
“No es posible que no lo encuentren… hay mucha gente que lo conoce”, lamentó Francisco.
La falta de resultados por parte de las autoridades ha provocado frustración e impotencia en el padre, quien lanzó un llamado urgente:
“Les exijo que se pongan la mano en el corazón y que se pongan en mi lugar. Perdí a un hijo, perdí a su mamá, y estoy con mi hija batallándole”.
El caso de Astrid Cruz y su familia evidencia una realidad dolorosa: el abandono institucional hacia niñas y niños huérfanos de feminicidio. Son víctimas invisibles que, además del duelo y el trauma, enfrentan procesos largos, costosos y solitarios para intentar reconstruir sus vidas. Mientras tanto, la justicia sigue ausente.
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