“Ellos no tenían por qué morir así, eran buenos": hermana de víctimas de masacre en San Bartolo de Berrios exige justicia
César y Fernando fueron asesinados junto a otros cinco jóvenes en la comunidad de San Bartolo de Berrios.
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Hermana de Cesar y Fernando, víctimas de masacre en San Felipe. | Christopher Gómez.
César, estudiante de preparatoria de 19 años y su hermano mayor, Fernando, trabajador de una construcción en San Luis Potosí fueron dos de los siete jóvenes asesinados en un ataque armado durante la madrugada del lunes 19 de mayo, alrededor de la 1:40 a.m. en la comunidad de San Bartolo de Berrios, San Felipe.
Ambos hermanos, eran hijos del delegado de la comunidad, y según Yadira Tapia, hermana de las víctimas, eran jóvenes trabajadores con sueños sencillos y nobles: apoyar a su familia y salir adelante.
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“César estaba en cuarto semestre de prepa, quería seguir estudiando para mejorar algo para mis papás. Siempre decía que quería darles todo”, cuenta Yadira, con los ojos llenos de rabia e impotencia. “Y Fernando, el más grande, se iba a San Luis a trabajar en la obra. Se partía el lomo para ayudar en la casa.”
Los hermanos no estaban en ningún evento religioso la noche de la tragedia. Según relata su hermana, simplemente habían salido a cenar. “Uno iba saliendo de ver a su novia y el otro lo fue a recoger. Llegaron ahí, a la plaza, y tenían apenas poquito rato cuando pasó todo. No hay explicación. No había razón.”
La comunidad entera está rota. Yadira, quien también conocía a los otros jóvenes asesinados, insiste en que todos eran muchachos de bien, unidos como amigos. Pero, para ella, la pérdida de sus hermanos es una herida que no cierra.
“Ellos no tenían por qué morir así. Eran buenos. Uno estudiaba, el otro trabajaba. El más chico apoyaba mucho a mi papá, le ayudaba a organizar lo de la plaza, los domingos. No se metían con nadie. Solo pedimos justicia, que se haga algo por ellos y por los demás muchachos.”
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Hasta ahora, asegura, ninguna autoridad se ha acercado verdaderamente a la familia. Solo han acudido al Ministerio Público a rendir declaración. Ni el presidente municipal, ni personal de seguridad estatal o federal han visitado a los familiares.
“Solo vino Lalo, el expresidente. Pero de ahí en fuera, nadie. No nos han dicho nada, no nos han dado apoyo. Es como si esto no importara”, lamenta Yadira.
San Bartolo de Berrios ya había vivido violencia en meses recientes. Esta nueva masacre solo profundiza la sensación de abandono y vulnerabilidad. Para Yadira y su familia, el duelo no es solo por la pérdida de dos jóvenes, sino por una vida que nunca volverá a ser la misma.
“Solo queremos justicia. Para César, para Fernando, para todos. Que esto no se quede así.”
En medio del silencio oficial, el testimonio de Yadira resuena con fuerza: el dolor de una hermana que no entiende por qué sus hermanos, trabajadores, estudiantes, soñadores, fueron asesinados. El eco de sus palabras es el grito de una comunidad entera: que no haya más muertes sin respuesta, que no haya más jóvenes enterrados antes de tiempo.
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