Desaparecidos y represión: Así fue el 'Halconazo tapatío' de Guadalajara tras el asesinato de Giovanni López

Las protestas por el asesinato de Giovanni López desencadenaron una serie de hechos de violencia y violaciones a los derechos humanos que marcaron un antes y un después en la historia reciente de Jalisco.

Guadalajara vivió una de sus jornadas más intensas de protesta social los días 4, 5 y 6 de junio de 2020, luego de que saliera a la luz pública el asesinato de Giovanni López, un albañil de 30 años, a manos de policías municipales de Ixtlahuacán de los Membrillos.

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Aunque el hecho ocurrió un mes antes, la difusión del caso en redes sociales desató una oleada de indignación en la sociedad tapatía que rápidamente se convirtió en movilización.

¿Cómo iniciaron las protestas el 4 de junio por el caso de Giovanni López?

El jueves 4 de junio se realizó la primera gran protesta en el centro de Guadalajara. Cientos de personas exigieron justicia por Giovanni, cuyo arresto, aparentemente por no portar cubrebocas durante una revisión, derivó en su muerte bajo custodia policial.

La manifestación se tornó violenta: se incendiaron patrullas, se lanzaron piedras contra el Palacio de Gobierno de Jalisco y un agente resultó herido tras ser rociado con fuego mientras estaba a bordo de su motocicleta. Las autoridades reportaron la detención de al menos 27 personas, incluyendo menores de edad.

En medio del caos, el gobernador de aquel entonces, Enrique Alfaro, responsabilizó a supuestos grupos políticos de incitar a la violencia y defendió la actuación de la policía, afirmando que actuó con “contención”.

Sin embargo, numerosos videos en redes sociales mostraron a elementos de seguridad agrediendo a manifestantes y fotógrafos con palos y piedras. La respuesta institucional fue duramente criticada por organismos de derechos humanos, figuras públicas y organizaciones civiles, quienes exigieron investigaciones independientes y justicia para las víctimas.

¿Cómo escaló la violencia de las protestas el 5 de junio en Guadalajara?

La indignación creció al día siguiente, cuando una nueva concentración frente a la Fiscalía General del Estado derivó en un operativo represivo aún más preocupante. Personas vestidas de civil, portando palos y tubos, que luego se identificaron como agentes de la Fiscalía, emboscaron a manifestantes antes de que llegaran al lugar. Se produjeron detenciones arbitrarias con uso de violencia, muchas de ellas sin registro ni explicación formal.

Lo más alarmante fue la aparición de denuncias por desaparición forzada. Varias personas permanecieron incomunicadas durante horas, algunas incluso días, y relataron haber sufrido torturas, amenazas y descargas eléctricas. Sobrevivientes reportaron hostigamiento posterior a su liberación, como fue el caso de una profesora golpeada durante la protesta, quien fue visitada en su casa por personal de la Fiscalía tras decidir no denunciar.

A raíz de la presión social, el gobernador Alfaro admitió la infiltración irregular de agentes en la Fiscalía y anunció la detención de tres policías de Ixtlahuacán de los Membrillos por el asesinato de Giovanni. También ordenó que el estado tomara el control de la policía municipal de ese municipio.

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Organizaciones como “5 de Junio Memoria” y “Red Antimonumento 5 de Junio” realizaron una instalación efímera en la Glorieta de Las y Los Desaparecidos para conmemorar a las víctimas y denunciar la represión. El gobierno municipal fue señalado por no reinstalar el antimonumento 5J, a pesar de una orden judicial vigente, lo que representaba un acto de desacato.

¿Qué ocurrió el 6 de junio luego de las protestas?

Para el sábado 6 de junio, las denuncias continuaron. Activistas reportaban que seguía sin conocerse el paradero de al menos 38 personas detenidas en días anteriores. Colectivos como “Detenidos Por Giovanni” y organismos como el Centro de Justicia para la Paz y el Desarrollo (CEPAD) exigieron información oficial y garantías de seguridad para quienes habían sido liberados.

La Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco (CEDHJ) denunció que las detenciones fueron “fuera de todo protocolo” y exigió una investigación imparcial. El propio gobernador Alfaro, en un giro en su postura, reconoció vía Twitter que algunos elementos de las fuerzas del orden actuaron de forma “irresponsable y brutal”, comprometiéndose a sancionar a los culpables.

Tres días bastaron para mostrar un panorama de profunda descomposición institucional, en el que la exigencia de justicia por una víctima de violencia policial fue respondida con más violencia. En 2025 el nombre de Giovanni López sigue resonando como símbolo de impunidad y resistencia, en una lucha que aún sigue vigente en las calles, en la memoria y en la demanda de verdad.

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