Pez diablo reaparece en presa La Boca en Santiago, Nuevo León
El hallazgo reaviva alertas sobre la presencia de esta especie invasora en uno de los principales embalses de Nuevo León.
En un hecho que ha generado preocupación en la comunidad, imágenes de un ejemplar de "pez diablo" capturado en la presa Rodrigo Gómez, conocida como La Boca, en el municipio de Santiago, Nuevo León comenzaron a circular ampliamente en redes sociales durante el jueves 9 de octubre.
El hallazgo reportado por un pescador local, reaviva alertas sobre la presencia de esta especie invasora en uno de los principales embalses del estado, un sitio emblemático para la recreación y el abastecimiento de agua en la región.
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La Presa La Boca, ubicada a unos 40 kilómetros al sureste de Monterrey, es un paraíso natural rodeado de vegetación serrana y un destino popular para familias y deportistas.
Aunque el hallazgo es aislado, recuerda un brote mayor detectado en 2023, cuando la extracción de un vehículo sumergido del lecho de la presa reveló cientos de estos peces, tanto vivos como muertos, en medio de un nivel de agua raquítico.
¿Qué implica la presencia del pez diablo en la presa La Boca?
El pez diablo, cuyo nombre científico es Hypostomus plecostomus, es originario de las cuencas amazónicas en Sudamérica, específicamente de ríos en Brasil, Venezuela y Colombia.
Popular en el acuarismo por su capacidad para consumir algas y mantener limpias las peceras, esta especie ha sido introducida accidentalmente en ecosistemas acuáticos globales a través del "efecto Nemo": el abandono de mascotas acuáticas por dueños irresponsables.
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En México, su presencia se ha documentado en estados como Veracruz, Tabasco y ahora, de manera recurrente, en Nuevo León. Capaz de respirar fuera del agua gracias a un intestino modificado que actúa como pulmón accesorio, el pez diablo puede sobrevivir en condiciones extremas, incluyendo aguas con bajo oxígeno o incluso en suelos húmedos durante periodos cortos.
Las implicaciones de esta aparición van más allá de un simple avistamiento. Como especie invasora, el pez diablo se clasifica como una plaga por organismos como la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio).
Su dieta omnívora incluye no solo algas, sino también huevos, larvas y alevines de peces nativos, lo que altera drásticamente la cadena alimentaria.
En la presa La Boca, hogar de especies endémicas como el charal (Girardinichthys multiradiatus) y el bagre mexicano (Ictalurus mexicanus), esta depredación podría reducir poblaciones de peces locales.
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