Padre relata cómo fue la presunta negligencia en IMSS de Torreón tras muerte de su hijo

Abel Acero, padre del joven que murió luego de una presunta negligencia médica en una clínica del IMSS en Torreón, estuvo presente en el estudio del Telediario Matutino para pedir justicia por la muerte de su hijo.

“Mi hijo empezó enfermo del lunes 16 de enero con dolor de cabeza (…) el trabajaba en una gasolinera y estudiaba ingeniería (…) se pone malo y tomó paracetamol, él tenía deficiencia de factor 13, no se le podía administrar otro medicamento (…) el miércoles en la noche me dice papá no aguanto, lo traigo a la clínica 18, lo atiende una doctora y le pone ketorolaco”.

Al cuestionarle al hombre si le dijeron a la doctora que no podía tomar ese medicamento, el padre dijo que sí, que su esposa le comentó; sin embargo, asegura que la especialista le dijo que era normal, que cualquier medicamento podía hacer una alergia.

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“Total nos lo entregan y nos vamos a casa. El jueves seguía con su dolor de cabeza (…) el vivía con su esposa y su hijo de dos años (…) el viernes en la mañana me dice no aguanto el dolor de cabeza, le digo a mi esposa vámonos para llevarlo a la clínica de especialidades. Llegamos los dejo en la clínica y los dejo con el médico (…) sale la asistente y nos dice, me comenta el médico que se lo lleve a su clínica (…) cuando me habían dicho que él tenía su cita abierta cuando lo necesitara”.

El joven tenía un golpe que le causó hematoma

El hombre relató que debido a su padecimiento su hijo no podía jugar futbol, ni golpearse en lo más mínimo ya que se le podía generar un hematoma en cualquier parte del cuerpo y eso le ocasionaba problemas de salud.

“Nunca nos dimos cuenta que él traía un golpe y el hematoma se le fue al cerebro (…) empezó a afectar su cerebro día a día (…) de hecho esa enfermedad muy pocos la conocen”.

También aseguró que en otra ocasión lo dejaron en sala de espera y solo le dieron pastillas, por lo que su hijo pidió que lo regresaran a casa, no obstante, no mejoró y el padre lo volvió a llevar a la clínica 18, sin embargo, ya iba con convulsiones.

“Ahí cuando llego yo, les digo que quiero una camilla y sí lo meten. La doctora nos dice su hijo viene muy malito, necesitamos entubarlo, ¿autorizan? (…) el segundo médico en el turno de la noche nos hizo el hincapié de que mi hijo ya no pasaría la noche (…) el doctor Martínez Pozos siempre estuvo renuente a aplicarle el medicamento a mi hijo, hasta que ya lo veía muy malito se lo aplicaba”.

Al preguntarle al padre dónde estuvo la mala praxis el aseguró que era responsabilidad de un médico: “Pues yo le echo toda la culpa al doctor Martínez Pozos, él es el hematólogo (…) el tiene la culpa porque nosotros lo llevamos el 20 de enero para que le pusieran su medicamento (…) mi hijo firmó su alta voluntaria, pero yo pido justicia porque no es justo y yo no quiero que siga pasando con más gente, que tengan personal capacitado (…) no puede ser que porque soy médico yo tengo la última palabras (…) es mucha injusticia la que hay”.