Cierran el último local de venta de animales en el Mercado de Sonora tras intervención de animalistas

En un hecho calificado como histórico por las organizaciones civiles, el emblemático Mercado de Sonora, ubicado en Ciudad de México, pasó por el cierre definitivo de su último local dedicado a la venta de animales vivos. 

Esta acción marca la culminación de una batalla legal de más de seis años encabezada por el Frente Ciudadano Pro-Derecho Animal (FRECDA), aunque el panorama se torna complejo ante la crisis económica que denuncian los productores y criadores que surtían dicho centro de abasto.

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La organización FRECDA anunció que este cierre es el resultado de un esfuerzo iniciado en 2018. 

A pesar de que en 2020 se obtuvo una sentencia que prohibía formalmente la comercialización de animales en mercados públicos, especialmente en el Mercado de Sonora, el proceso se vio obstaculizado durante años.

Según el comunicado de la asociación, la administración de la alcaldesa de Venustiano Carranza, Evelyn Parra, utilizó a su personal jurídico para defender a los comerciantes mediante diversas tácticas legales.

FRECDA denunció incluso una presunta corrupción dentro del Tribunal de Justicia Administrativa, lo que obligó a la promoción de tres amparos distintos. 

Finalmente, los recursos legales interpuestos entre 2023 y 2024 resultaron definitivos, obligando a la autoridad local a aplicar la ley bajo la advertencia de ser removida de su cargo si no intervenía el local restante.

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Hasta un 80 % bajan las ventas de los productores de animales que surten al Mercado de Sonora

Mientras los activistas celebran, en el otro extremo de la cadena productiva se vive un escenario de incertidumbre, pues las ventas han caído de manera drástica hasta en un 80 por ciento tras las clausuras progresivas de los locales.

Esta situación afecta directamente a miles de familias de pueblos cercanos a la Ciudad de México que dependen de la crianza de aves, cabras y cochinos. 

Los productores argumentan que la prohibición pone en peligro su modo de vida, ya que deben seguir alimentando a los ejemplares sin tener un canal de venta asegurado, lo que genera costos de mantenimiento insostenibles.

"La ganancia promedio por ave es de entre 2 y 10 pesos. Seguir manteniéndolas sin venderlas nos llevará irremediablemente a la quiebra", señalaron los afectados, destacando que la temporada decembrina solía ser su periodo de mayor ingreso.

Uno de los puntos de mayor fricción es la acusación de maltrato animal. Mientras las asociaciones animalistas fundamentaron su lucha en las condiciones de hacinamiento y salud de las especies, los criadores rechazan tajantemente estos señalamientos. 

Según los productores, si los animales estuvieran maltratados o enfermos, no habría compradores interesados, asegurando que su calidad es su garantía comercial.

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SCM