INAH confirma hallazgo en Puebla de fósiles de un gliptodonte, el "armadillo gigante" de la Edad de Hielo
Personal especializado del INAH procedió al rescate y traslado de los fósiles del gliptodonte hallado en San Sebastián Villanueva, Amozoc, a unos 60 kilómetros de la capital poblana.
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Un vecino de la comunidad de San Sebastián Villanueva fue quien halló los fósiles del gilptodonte | INAH
El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) confirmó oficialmente que los restos fósiles localizados en octubre pasado en el municipio de Acatzingo, Puebla, pertenecen a un gliptodonte, un gigantesco armadillo prehistórico del tamaño de un automóvil compacto que habitó la región durante el Pleistoceno tardío, conocido popularmente como la ‘Edad de Hielo’.
El hallazgo fortuito fue realizado por el vecino César Juárez Salas mientras trabajaba con maquinaria en el camino de terracería ‘Paso La Mora’, en la comunidad de San Sebastián Villanueva, a unos 60 kilómetros de la capital poblana. Tras el reporte, personal especializado del INAH procedió al rescate y traslado de las piezas para su análisis.
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Iván Alarcón Durán, titular de Paleontología del Centro INAH Puebla, será el responsable del minucioso proceso de limpieza y estabilización que iniciará en 2026.
“Mientras están inmersos en el sedimento, los restos permanecen estables; pero una vez expuestos, inicia un deterioro acelerado. La estabilización es crucial para su conservación permanente”, explicó el biólogo mediante un comunicado institucional.
Aunque el proceso de investigación será extenso, el INAH no descarta que, a futuro, los fósiles regresen a Acatzingo para ser exhibidos en un museo de sitio, proyecto que sería impulsado por el ayuntamiento local y gestionado por la comunidad.
¿Cómo son los fósiles encontrados por el INAH en Amozoc?
Los restos del gliptodonte (los segundos de su tipo registrados en Puebla) consisten en dos fragmentos del caparazón y varios osteodermos sueltos. Los expertos identificaron en uno de los fragmentos el característico patrón en “roseta” de estos animales.
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Se cree que se trata de la especie Glyptotherium cylindricum, que podía alcanzar 2.5 metros de largo y un peso de cerca de una tonelada.
El sitio de San Sebastián Villanueva ha resultado ser una ventana a un ecosistema extinto. Junto al gliptodonte, se recuperaron fósiles de otras especies del Pleistoceno:
- Un lobo terrible (Aenocyon dirus), un carnívoro emblemático de América, del que se identificó un fragmento de maxilar con dos molares.
- Un molar de caballo antiguo (Equus mexicanus).
- Un fragmento óseo de un perezoso terrestre gigante, que en vida alcanzaba una altura comparable a la de un oso polar moderno.
Estos descubrimientos refuerzan el valor paleontológico de la región y prometen aportar nuevos datos sobre la megafauna que dominó el centro de México hace miles de años.
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