¡Imitados, pero no igualados! Con estos siete pasos, los maestros de las esferas de Chignahuapan defienden su arte de la piratería
Conoce el proceso de los talleres donde el vidrio soplado y el nitrato de plata dan vida a piezas únicas. Te contamos el meticuloso proceso de siete pasos que las imitaciones jamás podrán igualar.
En el corazón del Pueblo Mágico de Chignahuapan, Puebla, una batalla silenciosa se libra cada año. Los guardianes de una de las tradiciones navideñas más icónicas de México, los maestros de las esferas, enfrentan una doble amenaza que pone en jaque su legado: la embestida de la piratería y la presión de la industrialización.
TELEDIARIO visitó los talleres para documentar un método artesanal que, pieza a pieza, resiste contra su extinción.
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El viaje nos llevó a la localidad de Tenextla, al taller ‘Azul Pinta’, donde el artesano Alberto Villanueva dedicó más de una hora a revelar, paso a paso, la alquimia que transforma varillas de vidrio en las esferas que deslumbran a millones en México y el mundo. Un proceso que es, ante todo, un ritual de paciencia y precisión.
Estos son los siete pasos para elaborar una artesanía única en México
“El primer paso es el globeo”, explicó Villanueva mientras el fuego danzaba. “Consiste en tomar una varilla de vidrio neutro, calentarla a presión para después modelar la esfera en la forma que queramos”. Este es el momento de la creación de la burbuja de vidrio, el alma de la pieza.
Acto seguido, llega el paso crucial que define la autenticidad y durabilidad: el plateado. “Se le inyecta nitrato de plata a la esfera; pasa por una reacción con calor, el cual hace el efecto espejo”, detalló el artesano.
Este es el sello de calidad que la piratería intenta imitar, sustituyendo la plata por aluminio. Una esfera con aluminio puede lucir similar, pero su brillo se apagará en apenas tres meses, descascarándose con el calor o la humedad. La auténtica, en cambio, perdura por generaciones.
El tercer paso es la pintura. “Un baño de pintura sólido en el color que deseemos: blanco, rojo, dorado”. Pero aquí no hay máquinas estampadoras.
Cada decorador, con pincel en mano, plasma su imaginación con cautela y dedicación, haciendo de cada esfera una pieza irrepetible.
Tras el secado, la pieza pasa por el recorte, donde con una piedra de esmeril y mano firme se retira el excedente de la varilla.
Luego, el encasquillado, que consiste en introducir la corona metálica con gancho para que la esfera pueda colgarse con elegancia y seguridad. El ciclo concluye con un empaquetado minucioso, diseñado para proteger estas obras de arte en su viaje, ya sea a los mercados locales o a través de envíos en línea a cualquier rincón del planeta.
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Prestigio vs. Piratería: la batalla de Puebla para salvar las esferas
Frente a la sombra de la piratería, especialmente la atribuida a productos importados, las autoridades locales alzan la voz para defender el patrimonio local. Juan Rivera Trejo, presidente municipal de Chignahuapan, desestimó la amenaza externa. “La incursión del mercado chino es un mito”, afirmó en entrevista con esta casa editorial.
El alcalde argumentó que el prestigio construido durante décadas a base de calidad, personalización y precio justo es un escudo difícil de romper.
“Es muy difícil que la clonen… la gente que viene a Chignahuapan exige calidad, exige algo personalizado. Al final es un lujo y lo vas a comprar a como te guste”, aseguró.
Rivera Trejo puso el acento en la esencia misma del pueblo: la producción familiar y distribuida. “Tú puedes recorrer cualquier rincón de Chignahuapan, tocas en una casa y están haciendo esfera y la están decorando”, comentó.
Son decenas de familias adaptando sus hogares a talleres las que tejen, con su trabajo diario, la red que sostiene a Chignahuapan como el auténtico y único productor de estas joyas navideñas.
Mientras el fuego de los hornos siga encendido en las casas-taller de este Pueblo Mágico, la tradición respirará.
Cada esfera soplada, plateada y pintada a mano no es solo un adorno, sino un testimonio de resistencia, un voto de confianza en que la autenticidad, hecha con paciencia y orgullo, siempre encontrará un lugar para brillar en el árbol de las tradiciones mexicanas.
ERV
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