Tanto el ambulantaje como las tiendas han amenazado a más de 6 mil comercios establecidos en el Centro Histórico, según ha expuesto la Canaco en Puebla.
Se presume que el rescate fue de una mujer de 19 años, quien habría sido obligada a trabajar contra su voluntad en un bar ubicado en uno de los principales cuadros de la ciudad.
A la poca afluencia en la principal central de autobuses de la ciudad se suman los recorridos casi vacíos que hicieron los turibuses, mismos que en otros días incluso cuentan con largas filas para acceder.
Los peatones deben sortear los puestos de los ambulantes, mientras que los automovilistas se desesperan porque tardan hasta media hora en cruzar dos o tres cuadras.