Los tres bebés nacieron el 17 de junio y cuatro horas después de su nacimiento prematuro, de siete meses y medio, les practicaron por protocolo la prueba de coronavirus a la que dieron positivo.
El Estado suele someter a las mujeres de minorías a pruebas de embarazo e impone la implantación de dispositivos intrauterinos, esterilizaciones e incluso abortos a cientos de miles de personas.