El ex secretario de Seguridad Pública de México podría estar condenado a pasar el resto de su vida en una prisión de máxima seguridad en Estados Unidos.
Los acusados eran jugadores de rugby y mataron a golpes a un joven, después celebraron el acto, e incluso uno se chupo los dedos con la sangre que le quedó embarrada de la víctima.