Lo ocurrido en la NBA en el 2004 entre jugadores y aficionados entre Detroit Pistons e Indiana Pacers es de los episodios más violentos en el deporte estadounidense.
Indiana, con 15 victorias y 29 derrotas, ocupa una decepcionante decimotercera posición de la Conferencia Este, a 7 triunfos de las plazas de repechaje a playoffs ('play in').