Las relaciones entre Washington y Beijing están en su punto más bajo de las últimas décadas en medio de una guerra arancelaria sobre las ambiciones chinas en materia tecnológica y de superávit comercial.
Las medidas de Washington han afectado la comercialización del petróleo y la importación de gasolina al país sudamericano, que enfrenta una larga recesión económica e hiperinflación que ha causado un éxodo masivo de venezolanos.
Las autoridades de Washington prometieron mantener la paz, y la policía informó que todos los miembros del departamento estarían trabajando durante todo el día.