A bordo de un camión de bomberos adornado con globos, Rubén Darío Jaramillo Montoya rocía agua bendita por los barrios más peligrosos y violentos de Buenaventura, en Colombia.
Aparentementelos elementos habrían llegado ante el obispo Raúl Vera con un documento con su nombre, y tras plenamente identificarlo, le solicitaron que proporcionara las placas del vehículo en el que se desplazaría de Monterrey a Saltillo.