Un grupo de Cáritas y del Fideicomiso por la Salud de los Niños Indígenas de México en coordinación con la parroquia de San Andrés apóstol, se dirigían a entregar ayuda humanitaria a familias desplazadas por la situación de violencia.
La FGJ de CDMX reiteró que este caso no guarda relación con la muerte de dos menores indígenas cuyos restos fueron hallados en un diablito en la colonia Centro.