La mansión, envuelta en un aura de peligro, ha sido profanada por exploradores nocturnos. Los muros, originalmente destinados al lujo, ahora están pintados con grafitis, demostrando que la calle ha reclamado el espacio.
El responsable fue el conductor de una camioneta cerrada de color beige, quien, visiblemente afectado por la situación, explicó a las autoridades el origen del accidente.