Para saciar la demanda nacional y de Estados Unidos, el crimen organizado facilitó el trasiego de toneladas de coca en menos de 20 días a nuestro país.
Con submarinos, lanchas y avionetas, el capo Alexander Cifuentes llevaba coca de Tumaco a Mazatlán tras pactar con el ex secretario de Seguridad un blindaje a la “mercancía” como parte del negocio de 520 millones de dólares.
Las autoridades federales señalan que los plantíos de este tipo se han multiplicado de manera histórica y muchos de ellos se mantienen escondidos entre sembradíos de café y maíz.