El ataque surge en momentos en que la industria turística del país parecía estar recuperándose tras ser afectada por la inestabilidad política que siguió al derrocamiento en el 2011 del entonces presidente Hosni Mubarak.
La justicia determinó que la pieza de 4 millones de dólares, fue robada en Egipto y luego vendida con documentación apócrifa al Museo Metropolitano de Arte en Nueva York, Estados Unidos.
La líder demócrata tenía previsto viajar a Bruselas, Egipto y Afganistán en un viaje oficial, para lo cual pensaba utilizar un avión militar; "si desea viajar tiene la prerrogativa de volar en una aerolínea comercial", declaró el mandatario.