Una aproximación emocional a Frida Kahlo a través de sus pinturas
En su fructífera carrera en las artes plásticas, las obras de la artista reflejan más allá de su talento, su momento en la vida
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Antes de convertirse en una de las pintoras mexicanas más reconocidas, Frida Kahlo fue estudiante de medicina, sin embargo el accidente sufrido a los 19 años cuando el camión en el cual viajaba fue arrollado por un tranvía. Ello le dejó secuelas tras someterse a 32 operaciones quirúrgicas a lo largo de su vida. Debido al tiempo libre del que disponía por el forzado reposo en cama, el arte se convirtió en el catalizador para mostrar sus sentimientos la exterior. Muchas de sus obras cobraron fama y reconocimiento, como su autorretraro El Marco de 1938 que le dio la distinción de ser la primera pintura de un artista mexicano del siglo XX en ser comprada por el Museo del Louvre, donde se encuentran algunas de las obras de arte más famosas del mundo. A continuación otras de sus obras más reconocidas y su significado detrás.
La columna rota
Fue hecha en 1944 en óleo sobre tela, montada en aglomerado de 40 x 30.7 centímetros y se conserva en el Museo Dolores Olmedo Patiño de la Ciudad de México. Lleva detrás el mencionado accidente de 1925 que le provocó heridas graves especialmente en su columna, quedado fracturada en tres partes, sufriendo además fracturas en dos costillas, clavículas y pelvis.
Su pierna derecha se fracturó en once partes. Fue además atravesada por un pasamanos por la cadera izquierda atravesando su cuerpo hasta salir por la vagina. Entre las secuelas se enlistan la incapacidad para tener hijos, uso de corsé y dolores crónicos. Algunos expertos en arte han descrito diversos simbolismos en la pintura: el clavo grande en su corazón muestra sus heridas emocionales, lleva una expresión de profunda tristeza y devastadora resignación.
Autorretrato con pelo corto
Elaborado en 1940, en óleo sobre tela fue el primer cuadro que pintó luego de su divorcio de Diego. Aquí la artista se retrató vestida con un traje de hombre que le queda muy grande y que algunos analistas del arte sugieren era un traje de Diego. Lleva su cabello recién cortado, pues aún tiene las tijeras en la mano y los restos de su larga cabellera están por todas partes. Se sugiere también que su cabello simboliza su femenidad, y su relación con Diego, puesto que él adoraba su melena.
En la pintura, Kahlo está sentada en el centro de la obra y en contraste su figura está pequeña y la atención de la obra está más el fondo. En la cima escribió una línea de una canción “Mira qué si te quise, fue por el pelo, Ahora que estás pelona, ya no te quiero.” La investigadora académica Gloria Arjona destaca que probablemente la inspiración de ese verso proviene de romances españoles del Siglo XV. En 1945, Edgar Kaufman Jr. dio la obra al Museo de Arte Moderno en Nueva York.
Las dos Fridas
Pintado en 1939, es un autorretrato doble de la artista en la cual se duplica su imagen a manera de espejo, y tomada de la mano; pero con diferente vestimenta. Durante ese año la artista había estado viviendo durante más de seis meses entre Nueva York y París debido a sus exposiciones individuales y tras alcanzar el reconocimiento de los artistas más destacados de la época en Europa.
Los diferentes atuendos representan por un lado una colorida vestimenta mexicana de tehuana que era la mujer a la que Diego había amado; por otro lado un antiguo vestido victoriano de encaje blanco, la versión europea, que agradaba menos a su marido. Algunos historiadores del arte sugieren que ambas figuras simbolizan también su herencia dual con un padre alemán y una madre mestiza. De acuerdo con el amigo de Frida, Fernando Gamboa, la pintura le fue inspirada por dos obras que vio a principios de año en el Louvre, las 2 hermanas de Theodore Chassérieau y el anónimo Gabrielle d'Estrées y una de sus hermanas.
En enero de 1940 la pintura fue exhibida en la Exposición Surrealista Internacional celebrada en la ciudad de México y permaneció en posesión de Kahlo hasta 1947, cuando fue adquirida por el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) quien a su vez la transfirió al Museo de Arte Moderno en 1966, donde se encuentra actualmente.
Diego en mi pensamiento
De 1943 elaborada con óleo en masonite, empezó́ este cuadro en agosto de 1940, pero no lo acabó hasta tres años después. La miniatura de Diego en su propia frente indica el amor que sentía por el pintor quien estaba constantemente en sus pensamientos. En el caso de las raíces que la rodean pueden interpretarse como una declaración de amor a su tierra y a sus raíces, siendo México un integrante más de su historia de amor.
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