Granja se salva de ser cerrada alquilando cabras para videollamadas 

Una granjera británica tuvo la idea de alquilar sus cabras para así poder amenizar las aburridas reuniones por videollamada y encontró en esta descabellada idea una fuente inesperada de ingresos durante el confinamiento debido al Coronavirus y cuando la situación de la granja no era buena. 

El video de las cabras aparece en las llamadas de Zoom en las que, al otro lado, otros tres participantes sonrién mientras les va diciendo los nombres de los animales.

El precio del servicio ofrecido por Cronkshaw Farm, granja ubicada en Lancashire, en el noroeste de Inglaterra, es de 5 libras (7 dólares) por cinco minutos en cualquier plataforma de videollamada.

Los clientes pueden elegir entre siete cabras de la granja, que van desde la veterana Margaret hasta la pequeña Lulú.

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"Digamos que tienen una videollamada de trabajo o una llamada familiar muy larga que se vuelve aburrida", explica la ganadera. "Hacen una reserva para que una cabra se una a ustedes y ver si sus compañeros de trabajo se dan cuenta".

Es un negocio en auge, asegura esta granjera de 32 años. "Empezó como un chiste (poniendo cabras en videollamadas para gastar una broma a la gente durante su rutina laboral) y realmente se ha vuelto una chifladura".

Desde que empezó a ofrecerlo hace casi un año, el servicio le ha aportado 50.000 libras (70.000 dólares). "¡Es una locura!", reconoce Dot McCarthy.

Antes de la pandemia, la pequeña granja familiar, que también cría ovejas y pollos, ya se había diversificado ofreciendo visitas guiadas, demostraciones de perros pastores, habitaciones hoteleras e incluso yoga con cabras.

Ahora, gracias al éxito de las cabras en Zoom, ha podido mantener durante el confinamiento a los dos empleados a tiempo parcial que había contratado recientemente.