Droga vs gasolina

El tema del robo de hidrocarburos es un delito que va en aumento en nuestro país, y que según los especialistas está desbancando en ganancias al mismísimo tráfico de drogas, que incluso son los narcotraficantes, quiénes están optando por este negocio ante la falta de dinero.

El problema además de ser un delito, de un robo a la nación, se está convirtiendo en un problema social, en un fenómeno social en el que no solo delincuentes forman parte de esta red, si no familias enteras y comunidades completas se dedican a venderlo.

Como ejemplo vemos varias comunidades de Puebla, estado que ocupa el primer lugar en robo de combustible, en el han detectado menores de 12 años fungiendo como halcones de quienes ordeñan los ductos, y en ocasiones las familias lo comercializan hasta por whatsapp y a domicilio, dando el litro en menos de 12 pesos.

Lo lamentable, es como estas familias ubicadas en lugares de alta marginación, al no tener una sola oportunidad de crecimiento, optan por ayudar a los traficantes de hidrocarburos recibiendo una gran ganancia a cambio.

El problema no es menor, si además los especialistas dejan entrever , que un ciudadano común no podría saber la forma exacta de robar combustible en los ductos sin una capacitación o ayuda de un especialista incluso de la misma paraestatal, quiénes son expertos en saber la precisión y el lugar exacto en que se debe hacer el pinchazo para robarlo.

Esto lejos de ser un problema de legislar para endurecer las sanciones, es una oportunidad para que los servidores públicos vean la falta de alcance que hay en comunidades rurales de programas enfocadas en la marginación social y así no solo cambiar su piso de tierra, si no cambiar su mentalidad y no que vean el robo como un ojo por ojo con el gobierno.

Además dicen los que más saben, que más allá de la venta al público por parte de los “huachicoleros” a domicilio y por redes sociales, el verdadero negocio está en que estos miles de litros son vendidos a gasolineras establecidas de diferentes partes de la república, y aun sabiendo que no son de Pemex, son comprados y comercializados a los precios marcados.

Lo más fuerte ocurrió este fin de semana, en Palmarito Puebla, donde familias enteras hicieron barricadas con niños y mujeres al frente para evitar que militares acudieran a una denuncia de robo de combustible , el saldo 10 personas sin vida , entre ellos 4 militares quienes no accionaron sus armas al ver que eran niños los que estaban en la barrera.

Lejos de ser una historia lejana a nuestro entorno, esto es lo que está ocurriendo en México, el crimen organizado está diversificando sus fuentes de ingreso con un millonario negocio en el que utiliza a familias completas.