Y la tormenta fue una llovizna
- Un Minuto de Reflexión
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Walter Juárez
LAS FUERTES PRECIPITACIONES NO LLEGARON COMO SE ESPERABAN.- Mientras las autoridades de los diferentes municipios de La Laguna, tanto de Durango como de Coahuila se preparaban para atender cualquier contingencia por el anuncio sobre la llegada de la tormenta tropical Alberto a la región, la cual supuestamente llegaría acompañada de fuertes vientos y copiosas precipitaciones.
Esto no sucedió y cabe mencionar que desde que se anunció el arribo de este fenómeno natural, muchos laguneros se mostraron escépticos, ya que sentían que era mucho el ruido que se estaba haciendo y pocas las nueces, ya que las lluvias realmente como se pronosticaban, brillarían por su ausencia.
Algunos laguneros indicaban que esta región no es para recibir tormentas, que lo más que llegan son tolvaneras y ahora ni eso. Los comentarios negativos no se hicieron esperar y es que muchos indicaron que si se nublaba, ya era ganancia, por lo que había que tomarles a las nubes muchas fotos para el recuerdo.
Otros mencionaron en son de broma que muchos pintores de paisajes siempre sacaban a relucir las montañas, algunos pocos árboles, pero las nubes en sus cuadros no aparecían, ya que al ser esta una zona semidesértica, poco se puede llegar a ver el cielo cubierto de esas manchas blancas o grises, según sea el caso.
Por un momento se tenía la esperanza de que la tormenta tropical terminara su recorrido en La Laguna, pero la misma de pronto cambió de dirección y se dirigió hacia San Luis Potosí, por lo que al final las presas seguirán esperando que algún otro huracán, ciclón, tormenta o como quieran llamarle, pueda llegar por el lado del Pacífico o del Atlántico al crestón de la sierra, para que puedan presentarse escurrimientos que ayuden a que los vasos se llenen, lo mismo que los mantos acuíferos.
En Nuevo León, en donde les hacía falta mucha agua, la lluvia se dejó sentir y en serio, a tal grado que el lecho seco del Río Santa Catarina volvió a llenarse y en algunos lados, hasta parte de la carretera se tragó.
Ahora, en La Laguna no queda más remedio que entender que en estas tierras las lluvias cada año son escazas, por lo que no hay que perder la esperanza de que las mismas se puedan presentar muy pronto. Lo único bueno fue la ola de calor se calmó.
Walter.juarez@milenio.com
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