Su idea era buena

NO PUDO CAMBIAR EL CENTRO HISTÓRICO.- Todavía se recuerda aquellos sueños que tuvo Guillermo Anaya Llamas cuando fue presidente municipal, quien lo que más deseaba es ordenar el Centro Histórico de Torreón y al final, muchos de los protagonistas no lo apoyaron y todo terminó como una pesadilla. 

Se habló también en contar con una avenida Morelos al más puro estilo europeo, en donde abundarían los restaurantes de calidad, cafeterías y barecitos. Pero no, convirtieron esa transitada avenida en una cantina gigantesca, además, en el sitio hay una funeraria y a la que se le falta al respeto, ya que mientras en el interior y a las afueras de la misma hay dolor, a un costado y enfrente, se escuchan las carcajadas de aquellos que están disfrutando de sus cervezas o vinos, además, de escuchar música en vivo y nadie les dice nada. 

Se recuerda a Memo Anaya como alcalde y su idea siempre fue buena, ya que su deseo es que todas las fachadas del Centro Histórico de Torreón fueran iguales, además, se hizo el estudio para que los cables de telefonía, luz y de las empresas de televisión por cable, quitarlos de los postes y que los mismos fueran colocados en forma subterránea. 

De esta manera, la fisonomía del centro de la ciudad cambiaría y sería Torreón un ejemplo a nivel nacional. Pasaron los meses, los años y ese sueño del presidente municipal panista se convirtió pesadilla, ya que nunca se pudo llevar a cabo. 

Para muchas personas de los diferentes sectores, la idea era buena, ya que el centro de Torreón sería de primer mundo y además, el contar con las fachadas iguales, con los colores de las casas iguales, los comercios respetando un estilo, pero algo pasó y se esperaba que las siguientes administraciones retomaran el proyecto, lo cual no sucedió, ya que cada alcalde quiere lucir sus ideas y llevar a cabo sus propuestas, por lo que ni por equivocación darían seguimiento a lo que Anaya Llamas trató de llevar a cabo. 

Ahora, han pasado los años, Torreón en lugar de mejorar se sigue rezagando, está quedando en el olvido. Basta con darse una vuelta por el centro de la ciudad, ver la Morelos y sus antros en lugar de cafeterías al más puro estilo europeo. Edificios abandonados, casas olvidadas, locales comerciales ya sin vida y los grafitis abundan por donde quiera. 

Ojalá que el alcalde en turno se preocupara por cambiarle la cara al centro de Torreón, en lugar de llevar a cabo obras de relumbrón.

Walter.juarez@milenio.com